Un estudio elaborado por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y Acción contra el Hambre (ACH) revela que el fenómeno climático de El Niño ha exacerbado la crisis alimentaria en Centroamérica, especialmente en el Corredor Seco, debido a sequías más intensas. Este fenómeno, que afecta a más de 10 millones de personas en países como Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala, ha dejado a un alto porcentaje de pequeños productores en pobreza extrema, obligándolos incluso a migrar en busca de condiciones más favorables.
El informe destaca que, entre abril y noviembre de 2023, unos 486 mil habitantes del Corredor Seco se enfrentaron a una sequía severa, con consecuencias devastadoras para la agricultura y la seguridad alimentaria. A pesar de un aumento irregular de las lluvias a finales del mismo año, las estimaciones sugieren que entre 1.7 y 2.7 millones de personas necesitarían asistencia alimentaria en 2024 en El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua.
Guatemala, uno de los países más afectados, ha registrado la pérdida de 360 mil hectáreas en el Corredor Seco debido a la escasez de lluvias provocadas por El Niño. En El Salvador y Honduras, las condiciones climáticas adversas han ocasionado pérdidas significativas en la producción agrícola, aumentando el riesgo de inseguridad alimentaria en la región.
Por su parte, Nicaragua ha experimentado una disminución drástica en las lluvias estacionales, afectando la producción de cultivos y generando impactos en los precios de los alimentos y la seguridad alimentaria de los hogares rurales.
Ante esta crisis, el PMA ha implementado programas de transferencia monetaria, entrega de alimentos y fortalecimiento de sistemas de alerta temprana para mitigar el impacto en la población afectada. Sin embargo, la situación sigue siendo preocupante, y se espera que el fenómeno de El Niño continúe afectando la región hasta junio, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM).