La enfermera Sarah Mullally se convirtió en la primera mujer en asumir el cargo de obispa de Londres, que sólo está por debajo de los arzobispos de Canterbury y York en la jerarquía eclesiástica de Inglaterra.
Es un honor haber sido elegida como obispa de Londres por la Iglesia anglicana. Después de haber vivido y trabajado en Londres durante más de 32 años, para mí significa como regresar a casa”, dijo Mullally al conocer la noticia del nombramiento en sustitución de Richard Chartres.
La obispa sostuvo que la Iglesia de Inglaterra atraviesa un periodo de reflexión, y se mostró muy respetuosa con aquellos que no aceptan su papel como cura u obispa, si bien consideró que ha llegado el momento de ofrecer un mensaje más “inclusivo del amor de Cristo”.
Casada y madre de dos hijos, Mullally de 55 años fue aprobada por la reina Isabel II y será la número tres en el escalafón de esta institución religiosa, en la que sucede al reverendo Richard Chartres.
Su consagración permite a Mullally desempeñar además un papel en la Cámara de los Lores del Parlamento británico y supone otro importante paso para las mujeres en el marco de la Iglesia de Inglaterra, después de que Libby Lane hiciera historia en 2015, al convirterse en la primera mujer obispa en Stockport.
El hasta ahora obispo en funciones de Londres, el reverendo Pete Broadbent, “aplaudió” el nombramiento y subrayó que la nueva obispa “aporta una sólida experiencia” de vida parroquial.
Pero Mullally tiene detractores. Tony Robinson, obispo de Wakefield y presidente de Forward in Faith, que no acepta la ordenación de mujeres, dijo que el nombramiento en una diócesis donde tantas personas rechazaban el ministerio de las mujeres resultaría en “un deterioro más profundo de la comunión”, destacó el diario The Guardian.
En Twitter, el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, calificó el anuncio como una “noticia maravillosa”. Por su parte, Mullally, quien ocupaba el puesto de obispa de Crediton, instó a que haya más mujeres en la Iglesia anglicana.
Si nuestras iglesias van a ser más relevantes para nuestras comunidades, eso implica que un mayor número de ellas estarán lideradas por mujeres, y que vendrán de grupos étnicos minoritarios, negros y asiáticos”, dijo la religiosa.
Londres es una ciudad muy diversa y confío en que todo el mundo pueda encontrar un hogar espiritual y un lugar donde pueda hallar el amor de Jesucristo que yo he llegado a conocer”, señaló.
El nombramiento de Mullally supone un importante paso para las mujeres en el marco de la Iglesia de Inglaterra, que les permitió convertirse en sacerdotes en 1994, sin embargo, la comunidad anglicana mundial sigue dividida sobre el tema.
Las mujeres sirven como obispos en Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, pero las iglesias anglicanas en algunos países en desarrollo, en particular en África, todavía no ordenan mujeres como sacerdotes.
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