Francisco instó a sacerdotes y obispos a preparar bien sus sermones, a hacerlos breves y que no superen más de 10 minutos, porque deben ser conscientes que no están hablando por sí mismos sino “dando voz a Jesús”.
“¿Cuántas veces nosotros vemos que en la homilía algunos se duermen, otros charlan o salen fuera a fumar un cigarrillo?”
Durante su audiencia pública semanal, ante unas ocho mil 500 personas congregadas en el Aula Pablo VI del Vaticano advirtió que, si bien muchas veces las “homilías largas” o “no centradas” pueden aburrir, en otras ocasiones el obstáculo a la comprensión viene del prejuicio de los fieles.
Precisó que quien pronuncia la homilía debe cumplir bien su ministerio, ofreciendo un servicio real a todos aquellos que participan a la misa, pero consideró que también quienes la escuchan deben hacer su parte.
A los feligreses les invitó a prestar la debida atención, asumiendo una justa disposición interior, sin tener pretensiones subjetivas, sabiendo que todo predicador tiene cualidades y límites.
“El sermón debe estar bien preparado, debe ser breve, ¡breve! Me decía un sacerdote que una vez había ido a otra ciudad donde vivían los padres y el Papa le dijo: Estoy contento porque con mis amigos encontramos una iglesia donde se da la misa sin homilía”, reflexionó.
“¿Cuántas veces nosotros vemos que en la homilía algunos se duermen, otros charlan o salen fuera a fumar un cigarrillo? Por esto, por favor, que sea breve la homilía, pero bien preparada. No debe superar los 10 minutos, por favor”, añadió.
Estableció que si todos se ponen en escucha de la “buena noticia” pueden ser convertidos y transformados por ella, siendo capaces de cambiarse a sí mismos y al mundo porque la palabra de Dios entra por los oídos, va al corazón y llega a las manos para hacer buenas obras.
En una pausa de la audiencia pública, el Papa se divirtió gracias a los números de malabarismo que ofrecieron, frente a él y al resto de los presentes, algunos artistas del Ronny Roller Circus. Luego, el Pontífice les agradeció.
“Quería agradecerles por su trabajo, un trabajo de belleza. Ustedes con vuestro arte expresan la belleza, con la belleza hacen que todos nosotros subamos cada vez más, más cerca de Dios. Su trabajo de belleza nos hace bien a todos, muchas gracias”, apuntó.
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