Ciudad de México— El Tren Maya, de mil 500 kilómetros de longitud, que plantea el presidente electo Andrés Manuel López Obrador no estará terminado en cuatro años, ya que es una obra de gran magnitud que podría enfrentar varias complejidades, según expertos.
Este proyecto, que puede ser calificado como la obra más importante del próximo sexenio, requiere un tiempo de construcción que permita hacerlo bien y la experiencia empírica ha demostrado que obras de este tipo no están en un plazo así, dijo Bendreff Dessilus, investigador de la Facultad de Negocios de la Universidad La Salle.
Resaltó que en proyectos de infraestructura existen factores externos que pueden influir en el tiempo de construcción y en el país hay ejemplos, como el del Tren Suburbano.
“Creo que es muy riesgoso haber dicho eso, un proyecto así necesita el tiempo necesario, hay que hacer que salga bien, no rápido y mal (…) no hay que hacerlo con tintes políticos”, aseveró.
Incluso, es mejor dejar claro que puede ser una obra que concluya otro Gobierno, dijo.
Juan Antonio Gómez Nuevo, ingeniero y catedrático de la UNAM, reconoció que en un proyecto de este tipo influyen varias variables externas que pueden provocar retrasos, como los conflictos sociales.
Sin embargo, sostuvo que estimar un tiempo sería especular.
El tiempo que tarde la construcción dependerá de dos elementos fundamentales.
El primero será el análisis técnico, mismo que tendrá que incluir una caracterización adecuada de la orografía de las zonas por las cuales pasará que tienen cierta complejidad, comentó José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).
El segundo es considerar potenciales problemas ligados a la tenencia de la tierra y el impacto ambiental, ante lo que tendrán que existir buenas negociaciones, sostuvo.
En otro orden, enfatizó en que para que el costo sea viable será necesario dar prioridad a insumos nacionales, como cemento, acero y aluminio, punto en el que coincidieron los demás expertos.
Eso permitirá no depender de las importaciones, que podrían retrasar la construcción de la obra, destacó el director.
Dessilus también mencionó que aun cuando López Obrador tenía que ofrecer un costo estimado de la obra, de 120 mil millones a 150 millones de pesos, es claro que la cifra será actualizada por varios factores.
Para empezar, se tiene que considerar el costo de los insumos, que siempre son variables, así como de la inflación en el momento en que arranque la construcción del tren, comentó.
Fuente: diario.mx