Rescatan del maltrato a ‘Mixtli’ yegua carretonera

Su nombre quiere decir “nube” en náhuatl. Quienes la rescataron la llamaron así porque flota entre la vida y la muerte después de años de trabajo y maltrato.

“Mixtli”, como miles de yeguas, caballos, burros y mulas fue utilizada para recoger y transportar basura hasta que se desvaneció por el cansancio y no pudo volver a levantarse. Así fue encontrada, malherida, enferma, desnutrida y, al igual que la basura que cargaba, desechada.

El domingo 19 de agosto, autoridades de la Procuraduría de Protección al Medio Ambiente del Estado de México (Propaem) la encontraron en un lienzo charro del municipio de Chimalhuacán.

Fue abandonada cuando no pudo continuar su jornada. Según las primeras investigaciones trabajó hasta el último momento.

Aunque hay en todo el país, en la Zona Metropolitana del Valle de México se ha detectado el uso de caballos carretoneros en el corredor de municipios del Estado de México que colindan con la Ciudad de México: desde Nicolás Romero hasta La Paz. Donde se registran más casos es en Nezahualcóyotl, Ecatepec y Chimalhuacán.

En 2015, el Departamento de Medicina, Cirugía y Zootecnia de Équidos de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM trabajó con el gobierno municipal de Neza para elaborar un estudio y, posteriormente, un programa para sustituir a los caballos de arrastre por motocicletas.

Ese día “la yegua se desvaneció en la calle, hasta unas horas antes la traían trabajando. Se cayó y la fueron a dejar en un lienzo charro de Chimalhuacán. No sabemos cuál es su nombre, porque el maltratador la abandonó. Ha vivido una vida terrible y en este momento está flotando entre la vida y la muerte, se está debatiendo“, relató Emmanuel Pedraza Reyes, director general de Defensoría Animal, A.C.

Esta organización recibió un reporte ciudadano sobre las condiciones en las que se encontraba la yegua; interpuso la denuncia ante las autoridades de la procuraduría mexicana y colaboró en la búsqueda y ubicación del animal hasta que se logró su rescate y traslado a la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, donde estará en recuperación los próximos dos o tres meses.

Como una nube, la yegua “Mixtli” es ligera, tanto que a través de su pelaje rojizo es posible contarle las costillas, las vértebras, verle los huesos de la pelvis. Su médico de cabecera, José Luis Velázquez Ramírez, clínico, académico y cirujano de la UNAM, explicó en entrevista con EL UNIVERSAL que por el daño que tiene se sabe que durante años fue sometida al roce de un arnés inadecuado.

El principal problema de ‘Mixtli’ era una herida, en la región de la cruz, de más de 30 centímetros de longitud y probablemente 15 a 20 centímetros de ancho, que involucra músculos; una infección en el hueso y daño en los ligamentos (…), aunado a eso se le detectó que tosía, tiene problemas en un pulmón”, explicó el especialista.

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Una semana después de haber sido rescatada, “Mixtli” se recupera lentamente; todos los días se le saca a pastar y caminar por las instalaciones de la facultad de veterinaria para que se ejercite. Ha ganado algo de peso y ahora está en 180 kilos; una yegua de su complexión, talla y edad, siete años aproximadamente, debería pesar 300 kilos, explican especialistas.

Aun con las donaciones que se han recibido, el costo de su recuperación y tratamiento supera los 50 mil pesos al mes. Podría permanecer entre dos y tres meses bajo observación y cuidados médicos.

Aunque el caso de “Mixtli” es muy grave, no es el único, lamentaron especialistas. Por todo el país se repiten historias de caballos, yeguas, burros y mulas que son obligados a trabajar jalando carretones de basura en condiciones precarias.

“Se les trata como si fueran desechables. El équido trabaja hasta la muerte y come sólo lo suficiente para tener capacidad de levantarse. Los [caballos] carretoneros están casi todos muy mal en condición corporal. Son tratados peor que cosas. Viven en sufrimiento absoluto y el día que se caen, los levantan a golpes, cuando ya no pueden volver a trabajar, los matan sin condiciones y los envían a rastros clandestinos. Es una vida muy miserable”, lamentó Emmanuel Pedraza Reyes, director general de Defensoría Animal, A.C.

Estas condiciones implican alimentación insuficiente en cantidad y nutrientes, jornadas de más de 12 horas, que no les da suficiente tiempo para descansar y reponerse; se les obliga a mover cargamentos de basura de más de 700 kilos; se les maltrata o fustiga con palos, tubos y látigos con punta para que continúen trabajando.

A estos animales de carga tampoco se les da el mantenimiento que necesitan, lo que quiere decir que no se les ponen herraduras, no se les cortan los cascos y, lo más importante, se les pone a trabajar con arneses inadecuados, elaborados artesanalmente en piel y madera, que les lastiman la piel y les generan heridas que no sanarán.

En entrevista, el jefe del Departamento de Medicina, Cirugía y Zootecnia de Équidos de la facultad de veterinaria de la UNAM, Mariano Hernández Gil, dijo que se necesita educar e informar a las personas que se dedican a la recolección de basura para que aprendan, por ejemplo, a hacer arneses que no lastimen a los caballos, a hacer curaciones básicas y darles mantenimiento a los caballos, pero también sancionar la negligencia y la crueldad contra los animales.

Fuente: https://www.informador.mx

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