En el marco de la Cumbre Mundial de Premios Nobel de la Paz, que tuvo lugar en Mérida, Yucatán el pasado fin de semana, la activista estadounidense Jody Williams, quien obtuvo el galardón en 1997 por su trabajo en favor de la prohibición internacional del uso de minas antipersonales y municiones de racimo, platicó con Francisco Zea, titular del noticiario matutino en Imagen Televisión.
Hablaron de los principales detonantes de violencia en el mundo, de los cuales México no es ajeno. Jody Williams sentenció que, como en cualquier país, en México una de las principales causas de la violencia es el tráfico de drogas, problema en el que Estados Unidos está fuertemente involucrado, pues la mayoría de consumidores se encuentra allí. En ese sentido, se dijo partidaria de la legalización y regulación de las drogas, que si bien para algunas personas es una solución radical, se avanzaría en la paliación de los delitos relacionados con esta práctica.
Williams dijo que si el Estado asumiera la producción y comercialización de las drogas, los cárteles perderían poderío y los recursos obtenidos de la venta podrían utilizarse en campañas para ayudar a los adictos. Sentenció que mientras exista la clandestinidad, habrá un terreno idóneo para la lucha entre grupos delincuenciales y, con ello, un espiral inacabable de violencia.
Al ser cuestionada sobre los hombres en el poder y las decisiones polémicas y hasta peligrosas que éstos toman, como el presidente ruso Vladimir Putin, el estadounidense Donald Trump, el chino Xi Jinping o el norcoreano Kim Jong-un, la activista estadounidense coincidió en que son un botón de riesgo para la paz mundial. Se refirió específicamente al caso Donald Trump; dijo que es una persona con serios problemas mentales, que tal vez muchas personas en el mundo padecen, pero que en la posición de poder como el mandatario estadounidense resultan sumamente peligrosos.
Jody Williams lamentó que Donald Trump esté destruyendo el tejido democrático de Estados Unidos, lo cual demuestra que él encarna, en sí mismo, la crisis mundial que están padeciendo las democracias. Ante tal panorama, dijo Williams, sólo nosotros, la sociedad, podemos ayudarnos, y para ello sólo basta la voluntad.
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