Las 2 caras de la etapa más crítica de la pandemia en México

De cara al comienzo de la etapa más crítica de la contingencia por Covid-19 y en la que las autoridades prevén el pico de contagios, la Ciudad de México despertó ayer con dos realidades:

La capital del país, en sus puntos considerados neurálgicos por su actividad comercial, experimentó un vacío casi sepulcral, lejos del trajín cotidiano que no hace mucho aún se vivía.

Pero para otras zonas, pareciera que poco importa que el país atraviese los días críticos en los que se alerta de un alza exponencial en la cantidad de personas infectadas durante los próximos 11 días.

Por un lado, el temor al coronavirus hizo que millones de mexicanos se confinaran en casa para evitar cualquier contagio, pero también otro sector de la población salió a la calle y realizó sus actividades como en cualquier época del año.

Las alcaldías Azcapotzalco y Miguel Hidalgo son dos de las zonas donde se mantiene un ritmo frenético. Ya sea para trabajar, realizar trámites o distraerse, hombres y mujeres, junto con niños y adultos mayores, dejaron sus hogares en el punto más álgido de la emergencia sanitaria y se enfilaron al exterior.

Aunque el cubrebocas ya forma parte de la cotidianidad de muchos mexicanos, todavía hay quien se rehúsa a utilizar este insumo porque no cree en la enfermedad e incluso ayer personas aseguraron desconocer la etapa en la que se encuentra la pandemia en la Ciudad.

Quienes aún salen a la calle lo hacen por un motor económico: no pueden dejar de trabajar porque, si lo hacen, dicen que no tendrán dinero para alimentar a la familia y cubrir sus necesidades. Es por eso que el transporte público de las áreas norponiente y oriente de la capital del país se mantuvieron con baja afluencia de gente, pero constante en la mañana y en la tarde.

De igual forma, en las esquinas donde el gobierno capitalino colocó letreros para alertar sobre las zonas de alto contagio, los mercados y negocios de comida rápida siguieron operando y las personas hacían fila para comprar sus alimentos.

El nuevo esfuerzo de las autoridades locales para contener el vaivén de la gente se concentra en el Metro, donde algunos payasos exhortan a los usuarios a resguardarse en sus casas; sin embargo, esa insistencia parece no haber aplanado la curva de las necesidades económicas de los ciudadanos.

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“Salimos y sabemos que aquí está el virus, pero como dicen: ‘Si te quedas en la casa, nadie te va a llevar lo que necesitas, ni el gobierno ni mucho menos la gente’; debemos trabajar para sobrevivir”, comentó Héctor Eduardo, comerciante que vende pastelitos y regala café.

Lugares paralizados

Contrario a esta situación, el Centro de la Ciudad es el área donde se puede ver mejor el efecto de la Jornada Nacional de Sana Distancia. Ahí, los espacios que regularmente se abarrotan de gente permanecieron cerrados y desolados.

En los alrededores de la Plaza de la Constitución a cuentagotas hubo presencia de autos y eran muy pocos quienes salían de la estación del Metro Zócalo. Elementos de seguridad pública han acordonado las principales vialidades que rodean Palacio Nacional, sede de la Presidencia de la República, por lo que nadie puede caminar libremente.

Esta misma soledad se extiende sobre Paseo de la Reforma, una de las avenidas más transitadas y que ayer contó con mucha menor afluencia.

Las calles aledañas a esta avenida, que cuentan con bares, restaurantes y oficinas, también han estado desiertas desde finales de marzo, cuando las autoridades sanitarias decretaron cuáles serían las actividades esenciales que podrían seguir operando.

Sólo las personas que aún salen a hacer ejercicio o pasear a sus mascotas le dan vida al lugar.

“Sí nos preocupa el coronavirus, pero hacer ejercicio nos sirve para despejar nuestra mente y poder seguir haciendo nuestra vida lo más normal posible”, comentó Ramiro.

Esta poca actividad incluso se vivió ayer en los hospitales de Tlalpan, puesto que el personal médico ha logrado convencer a los familiares de los casos positivos que no esperen afuera de los institutos de Salud, sino que ahora se enlaza a toda esta gente a través de llamadas telefónicas o mediante videollamadas.

Fuente: http://www.eluniversal.com.mx

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