La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, anunció este martes que el país ha registrado sus primeras infecciones comunitarias transmitidas localmente en 102 días, cuatro casos en la misma familia en la ciudad de Auckland, entre ellos un menor.
“Después de 102 días, tenemos nuestros primeros casos de COVID-19 fuera de las instalaciones de aislamiento o cuarentena. Si bien todos hemos trabajado increíblemente duro para prevenir este escenario, también lo hemos planeado y preparado”, indicó Ardern en una comparecencia.
Ardern explicó que la fuente de transmisión del COVID-19 es desconocida, ya que los nuevos pacientes no tienen ni historial de viaje ni han estado en contacto directo con ningún otro enfermo.
“Pedimos a la gente de Auckland que se quede en casa para frenar la propagación”, indicó Ardern, que puso la ciudad en cuarentena, lo que implica que no puede haber reuniones de más de 10 personas, el cierre de las escuelas y la obligatoriedad de llevar mascarilla en los lugares donde no se pueda mantener distancia social.
Por su parte, Phil Goff, el alcalde de la ciudad más poblada del país- con 1.7 millones de habitantes- dijo que entiende que “nadie quería volver al confinamiento, pero siempre supimos que era una posibilidad real”, y admitió que entiende que la gente esté un poco “asustada”, “enfadada” y “confundida”.
El gobierno de Nueva Zelanda impuso a finales de marzo una de las cuarentenas más estrictas del mundo por la pandemia del COVID-19, lo que le permitió retornar a la práctica normalidad el 9 de junio tras considerar que había conseguido eliminar al virus.
El anuncio de los nuevos casos se produce en medio de una campaña electoral que comenzó el pasado sábado para unas elecciones generales que se celebrarán el 17 de septiembre y que estarán marcadas por las medidas de seguridad por la pandemia.
La primera ministra no quiso hoy responder si el distanciamiento social que vuelve a imperar en parte del país podría tener impacto el día de los comicios.
“No quiero especular sobre ese asunto”, dijo Ardern, que parte como clara favorita para renovar su puesto al cargo del Ejecutivo.
Precisamente, una de las principales bazas de la primera ministra, que asumió el cargo en octubre de 2017 y gobierna en coalición con los partidos New Zealand First y el Partido Verde, ha su sido su hasta ahora exitosa gestión de la crisis del COVID-19 en su país, con cierre de total de fronteras y estrictas medidas de contención.
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