En los tres días anteriores se han registrado disturbios en varias ciudades españolas como Barcelona, Madrid o Valencia, en los que la policía ha detenido a más de 60 personas.
Tal como ha anunciado el Movimiento Antirrepresivo de Madrid en su cuenta de Twitter, “continúan las movilizaciones para exigir la libertad de Pablo Hasél” en varios puntos de España.
Barcelona, convertida desde hace tres días en el epicentro de la contestación social contra la condena del rapero y contra las sucesivas detenciones de manifestantes en los últimas jornadas, acoge una vez más, desde las 19:00 de este jueves, una manifestación que dará comienzo en la plaza de la Universidad.
Horas antes, a las 12 del mediodía, se concentró en el mismo punto de la capital catalana un grupo de estudiantes que exigían a las autoridades universitarias que se posicionaran a favor de la libertad de expresión en el conflicto generado por el encarcelamiento de Hasél.
Otras localidades españolas celebraran igualmente este jueves sus respectivos actos de protesta por la condena al artista catalán, también en torno a las 18 o las 19 horas, según cada caso. Así, hay movilizaciones convocadas en Alicante, Ceuta, Valladolid, Durango, Tolosa, Tarragona o Gerona.
Tensos antecedentes
A lo largo de las últimas tres jornadas se han sucedido protestas y disturbios en varios puntos del país, que se han saldado con más de 60 detenciones por parte de la policía, varios heridos y daños en el mobiliario urbano de ciudades como Madrid, Barcelona o Valencia.
Por su parte, la represión policial está incrementando la tensión y alentando a su vez nuevas protestas, ya que se han registrado episodios de violencia aparentemente injustificada contra algunos manifestantes, a través de grabaciones que se han vuelto virales en las redes sociales.
El atropello de un manifestante en Tarragona, los insultos y la agresión a una joven en Madrid, o el ensañamiento mostrado en algunas cargas en Valencia son un ejemplo de este tipo de polémicas intervenciones por parte de la Policía, que están dando pie a un serio cuestionamiento de los métodos empleados por sus unidades de antidisturbios.
Uno de los peores episodios en este sentido se registró el martes, cuando una joven manifestante que fue alcanzada en la cara por una pelota de goma disparada desde las filas policiales terminó perdiendo el ojo.
Un terremoto político y social
Pablo Hasél fue detenido el martes por la mañana en la Universidad en Lleida, su ciudad natal, donde se había atrincherado con simpatizantes para evitar su arresto.
Desde entonces, la contestación social registrada en las calles de España, por parte de un sector social que entiende su condena como una vulneración del derecho a la libertad de expresión, está sacudiendo la escena política del país y azuzando la confrontación entre sus distintos sectores ideológicos.
Mientras desde la formación progresista Unidas Podemos –que forma parte del Gobierno de coalición que dirige el país– se ha expresado apoyo a los manifestantes, otras autoridades de signo más conservador, como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, han condenado las manifestaciones al tiempo que aplaudían el polémico desempeño de la Policía.
Fuente: https://www.actualidad.rt.com