El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, propondrá este lunes a Joe Biden, su homólogo estadounidense, un acuerdo para regularizar a trabajadores temporales en Estados Unidos. El mandatario mexicano calcula que el vecino del norte necesitará entre 600.000 y 800.000 migrantes mexicanos y centroamericanos como mano de obra para impulsar la economía estadounidense en los próximos años. El tema migratorio y la gestión de la pandemia son algunos de los puntos que figuran en la agenda de la primera reunión bilateral entre ambos dirigentes, que se celebrará este lunes a las 15.30 (hora local, 22.30 en España) de forma virtual.
López Obrador, quien mantuvo, sorprendentemente, una sólida relación con Donald Trump, adelantó sus expectativas del encuentro este fin de semana durante una gira por el Estado de Zacatecas, origen de muchos migrantes al norte. “Vamos ordenando el flujo migratorio, legalizándolo para darle garantía a los trabajadores, que no arriesguen su vida y que se protejan los derechos humanos”, dijo el mandatario el sábado, y aseguró que Washington necesita esa cifra de trabajadores en el campo y la industria “a pesar de “la automatización y de la robótica y el avance tecnológico”. “Entonces es mejor que lleguemos a un buen acuerdo”, añadió.
Washington, no obstante, desea evitar el efecto llamada que pueda causar el desmantelamiento de la severa política migratoria de la Administración de Donald Trump y la regularización de once millones de sin papeles en EE UU propuesta por el nuevo presidente. El secretario de Estado de Biden, Antony Blinken, un veterano demócrata de los Gobiernos de Bill Clinton y Barack Obama, lanzó el viernes un mensaje para quienes piensan migrar al norte. “No lo hagan. Estamos haciendo cumplir de forma estricta nuevas leyes migratorias y nuestras medidas de seguridad en la frontera”, comunicó en una serie de teleconferencias con autoridades mexicanas. Los más de 3.000 kilómetros de línea fronteriza entre ambos países, importantes socios comerciales, se encuentran cerrados desde marzo de 2020 para cualquier viaje no esencial a causa de la crisis de la covid-19.
La Administración Biden ha comenzado a revisar unas 25.000 peticiones de solicitantes de asilo mexicanos y centroamericanos. La mayoría será rechazada, ha adelantado la veterana diplomática Roberta Jacobson, exembajadora en México, quien se encarga de la frontera común con el nuevo Gobierno demócrata.
Vacunas
El presidente de México también planteará a Biden la necesidad de facilitar el acceso al mercado de vacunas estadounidense, según ha afirmado una fuente anónima de la Casa Blanca a la agencia Reuters. La cancillería mexicana no ha confirmado esta información a EL PAÍS, pero el tema ha sido una de las obsesiones de López Obrador en las últimas semanas. El mandatario del partido izquierdista Morena ha utilizado sus conferencias diarias para denunciar el acaparamiento de las economías desarrolladas de las inmunizaciones e incluso elevó el tema en el Consejo de Seguridad de la ONU. México se ha visto obligado a importar el medicamento de la farmacéutica estadounidense Pfizer desde una planta en Bélgica ante la dificultad de conseguir viales en el territorio estadounidense. La nación latinoamericana tiene hasta el momento 3,8 millones de dosis para una población de 126 millones de habitantes. Y suma 185.000 fallecidos y dos millones de contagiados por el virus.
México ha mostrado señales de buena voluntad para pasar página tras la tumultuosa era del mandato de Trump. La Administración de López Obrador ha enviado a Washington a un nuevo embajador, Esteban Moctezuma, un veterano político que abandonó la cartera de Educación del Gobierno mexicano y que no tiene experiencia diplomática. Es una invitación a escribir un nuevo capítulo de una relación bilateral que está en constante reinvención.
Fuente: EL PAÍS