México ha recibido ya más de 9,1 millones de vacunas contra la covid, pero las aplicadas no alcanzan los seis millones. Los servicios de salud vacunan a un ritmo de unas 200.000 al día por lo que se necesitarían 15 días para acabar con la inmunización de lo que se dispone.
Además, siguen llegando cargamentos de viales día tras día. Esta mañana, el presidente López Obrador ha conectado en directo con el desembarco de 658.125 dosis de Pfizer y llegarán otras tantas en unos días; de Sinovac se espera un millón de viales el 25 de marzo y de AstraZeneca enviarán de Estados Unidos 2,7 millones ante de abril, según las informaciones oficiales.
El 29 de marzo arribarán 500.000 dosis de la Sputnik V; y finalmente, ayer mismo el laboratorio mexicano donde se envasan las chinas CanSino liberó su primer lote, casi un millón de vacunas, que se distribuirán por toda la República. Por qué, entonces, no se está vacunando con más celeridad, se preguntan los mexicanos. Y la pregunta la traslada la prensa a los responsables de Salud, pero la respuesta es vaga. ¿Por qué entre los más de 4,1 millones de personas mayores de 60 años solo un 3% ha recibido su segunda dosis? ¿Por qué los médicos y el personal sanitario en general siguen quejándose de que no les acaban de inmunizar? Al 30% le falta su segunda dosis.
El subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, ha achacado esa diferencia entre lo que se tiene y lo que se aplica a los lugares remotos en los que se está poniendo la vacuna, sitios “que no han tenido servicios públicos, ni transportes, ni comunicaciones, zonas rurales de orografía complicada donde se tarda más tiempo en llegar”. Una cuarta parte de los 15 millones de personas mayores viven en zonas rurales más o menos remotas. También argumentan que los Estados todavía no informan sobre el personal sanitario que está en primera línea de la covid-19.
Respecto a los médicos, Gatell suele recordar que no son solo ellos los que se enfrentan al riesgo del contagio, sino 11 profesiones más, entre ellos camilleros, limpiadores, el personal que efectúa las pruebas, etcétera. En todo caso, son casi tres millones de vacunas que esperan ser aplicadas en lo que algunos ya ven una falta de logística y planificación así como escasez de efectivos.
El subsecretario confía en que ahora que se iniciará la vacunación en ciudades más grandes el ritmo de la aplicación se incrementará “hasta las 300.000 dosis al día, quizá 500.000 o 600.000”, ha dicho esta mañana. México espera vacunar a 117 millones de personas, los primeros, 15 millones de mayores, de 60 y a los maestros en Campeche, este último un proceso casi completado ante la inminente vuelta a las clases. No toda la población es favorable a la inmunización. El presidente ha dicho que hasta un 20% no estaba de acuerdo con recibirla, “un porcentaje que se ha reducido en los últimos días”. “Voy a las giras y me dicen: las vacunas para cuándo”, ha reconocido. Y ha prometido que antes de acabar abril “estarán todos los adultos mayores vacunados, al menos, con la primera dosis”.
“Con el 20% de la población vacunada se reducirá un 80% la mortalidad”, ha apuntado el subsecretario Gatell. Y todos han celebrado las primeras dosis de CanSino, una inmunización que no necesita ultracongelación y que requiere una sola dosis, lo que facilita su llegada a los lugares más apartados. En los laboratorios mexicanos ya tienen para envasar cinco millones de dosis de esta vacuna china, y de ahí saldrán 35 millones este año, han asegurado las autoridades sanitarias.
Al presidente le han interrogado por el uso político de su partido, Morena, de las vacunas en esta campaña electoral, que ha recibido el rechazo del Instituto Nacional Electoral (INE), y por la denuncia al respecto que ha anunciado el PAN. “No somos iguales”, ha respondido López Obrador. “Esto es un asunto muy serio”. También se le ha preguntado por el cierre de la frontera sur, supuestamente para impedir nuevos contagios, y si eso no se ha producido a cambio de que Estados Unidos, beneficiado por el freno a la migración, les entregue los millones de dosis de AztraZeneca comprometidos y a punto de llegar, como ha señalado el canciller Marcelo Ebrard. “Somos un país soberano y libre que no admite injerencias”, ha respondido López Obrador. Y ha negado también que la visita de Roberta Jacobson, coordinadora estadounidense para asuntos de la frontera con México, tenga un carácter de supervisión sobre las políticas migratorias. López Obrador ha destacado, en cambio, la relación de hermandad entre Estados Unidos y México.
Fuente: EL PAÍS