El Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) vive hoy, probablemente, el peor momento como partido, pues varios personajes se han encargado de destapar la ruptura que existe dentro de esta fuerza política, causada, aseguran, por el presidente nacional Mario Delgado Carrillo.
Uno de los militantes que se ha manifestado por esta situación es Gibrán Ramírez Reyes, quien desde las redes sociales realizó diversas publicaciones para cuestionar la gestión del líder morenista, ya que, señaló, se encarga de dividir el movimiento con sus imposiciones en las candidaturas, por abrirle la puerta a políticos de otros partidos y por los fraudes con las encuestas internas.
No obstante, esta no es una estrategia nueva desarrollada por Delgado Carrillo para su bien, pues de acuerdo con la columna de Gibrán Ramírez, publicada en Milenio, Morena, “por costumbre y estatutos”, ha utilizado estos procesos de selección para su beneficio.
En el texto rememoró aquel 2018, cuando el partido guinda decidió, por encuesta, que Claudia Sheinbaum sería la candidata para la jefatura de Gobierno en CDMX por encima de Ricardo Monreal y Martí Batres.
De acuerdo con el también académico, “López Obrador temía que elecciones democráticas derivaran en un conflicto como el del PRD en 2008″, por lo que decidió colocar a Sheinbaum debido a que “menos personas la conocían, menos personas tenían mala opinión de ella (básicamente si nadie te conoce y nadie te nota, nadie te odia)”.
“Eso sucedió mediante una aberrante lectura de la encuesta: se juzgaron los resultados comparando el universo que conocía a cada uno de los candidatos”, ahondó Ramírez Reyes.
Ricardo Monreal, hoy presidente de la Jucopo en el Senado de la República, decidió cuestionar este método, pero su queja no prosperó, pues “la nomenclatura del partido lo tachó de ambicioso y traidor”, indicó el profesor en la UNAM.
Posteriormente recordó que dejó pasar este episodio y lo tildó como una “excepción”, ya que se trataba de las encuestas que el propio presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) “recetó” con miras en la renovación de la dirigencia de Morena.
En este proceso Gibrán Ramírez participó, pero resaltó que él, junto con otros aspirantes, fueron eliminados de manera arbitraria en una encuestas “simuladas”.
“En corto y en público muchos me dijeron que, si el resultado de la encuesta era que Mario Delgado, recién afiliado al movimiento, fuera el dirigente, por algo sería —seguramente por la voluntad del Presidente”, resaltó.
Volvió a pasar página y, a pesar de una nueva decepción, se acercó a Mario Delgado para apoyarlo como líder, pero le pidió que creara un departamento sólido y científico de encuestas para los próximos procesos de elección. ¿La respuesta a eso? Más polémicas con los candidatos.