Al lado de la Sonda de Campeche, donde se produce 80 por ciento de crudo en México, va ser inaugurada este viernes la Refinería Olmeca-Dos Bocas, que para su construcción requirió una cantidad de acero equivalente a 16 veces la Torre Eiffel –símbolo de la capital francesa–, o concreto con el que se podría levantar 41 veces el estadio Azteca.
El proyecto insignia del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador busca reducir la dependencia energética del país y alcanzar la autosuficiencia en la producción de gasolinas y diésel para “ofrecer mejores precios de estos combustibles a los consumidores”.
Procesará 340 mil barriles de petróleo crudo tipo Maya por día, de los cuales 170 mil serán de gasolina y 120 mil de diésel. Aunque dicha producción se alcanzará hasta 2023.
“El plan es producir más gasolinas en nuestro país, modernizando las seis refinerías y construyendo una nueva para reducir el costo de los combustibles”, indicó la Secretaría de Energía (Sener) en 2019 al anunciar la obra que se localiza en 566 hectáreas de un estero ubicado en el municipio tabasqueño de Paraíso.
El gobierno federal eligió el puerto de Dos Bocas porque ahí llegan los ductos de petróleo proveniente del litoral de Tabasco y de la Sonda de Campeche, donde se extrae 80 por ciento de hidrocarburos en México.
Desde su ubicación subirá vía marítima a los puertos de Tuxpan, Veracruz, Pajaritos y Progreso, pero también se conectará a la Red Nacional de Poliductos para distribuir en entronque con Minatitlán, a través de 35 kilómetros de ductos.
Otros de los objetivos del proyecto, que “representa un cambio de paradigma energético”, es “maximizar el beneficio económico y social y detonar el desarrollo en el Sureste”, donde se encuentran tres de cuatro proyectos insignia de la actual administración.
La planta industrial procesará el crudo que extrae Petróleos Mexicanos (Pemex), es decir, destila el aceite para obtener gasolinas, diésel, turbosina y queroseno, entre otros productos considerados “refinados de mayor valor agregado”.
Aunque se proyectó como la séptima refinería de la empresa estatal, será la octava, pues el año pasado el gobierno federal adquirió Deer Park a Shell, planta que se ubica en Texas, Estados Unidos. Pero sí será la primera en construirse en el país desde 1979, pues la anterior fue Salina Cruz, en Oaxaca.
Cuando se anunció el proyecto en 2019, el gobierno federal señaló que costaría 8 mil millones de dólares, pero en días pasados el presidente López Obrador reconoció que el costo se elevó a casi 12 mil millones de dólares.
Para la edificación de la obra se realizaron licitaciones divididas en seis paquetes. Fluor Entrerprises e ICA Fluor se encargaron de la planta combinada y la planta de coquización, mientras que Samsung Engineering y Asociados Constructores DBNR realizaron la planta de desintegración catalítica, alquilación y una isomerizadora.
Kellogg Brown & Root y Constructora Hostotipaquilo fueron elegidas para construir la planta de aguas amargas, la planta de tratamiento de gases, la planta de recuperación de azufre y la planta productora de hidrógeno.
A Kellogg Brown & Root, Constructora Hostotipaquilo y Mexicana de Recipientes a Presión se les encargaron los servicios de integración. Aunque cabe destacar que Kellogg Brown & Root dejó el proyecto en 2020 y entró ICA Fluor en sustitución.
De acuerdo con la Sener, la obra requirió más de un millón 745 mil metros cúbicos de concreto, lo que equivale al que se necesitaría para construir 41 veces el Estadio Azteca. Además, se utilizaron 162 mil toneladas de acero estructural, volumen de material con el que se podrían construir 16 torres Eiffel.
Hasta mayo, las autoridades reportaron que la construcción de esta planta de Pemex ha generado 32 mil empleos directos y más de 200 mil indirectos.
La Refinería Olmeca-Dos Bocas contará con más de 90 mil equipos. Las instalaciones constan de 17 plantas de proceso, un área de almacenamiento donde se ubican 92 tanques, de los cuales 58 son para gasolina y diésel.
En los 34 restantes, que se traducen en 680 mil barriles de capacidad instalada, se almacenarán componentes ligeros, como butanos, isomeros y propileno, entre otros, que servirán como balance intermedio durante el proceso del crudo.
También contará con cuatro torres de enfriamiento, cuyas celdas enfrían 788 litros por segundo. Este equipo sirve para retirar calor del proceso petroquímico, enfriando el agua con una corriente de aire y que ésta pueda ser reutilizada.
Tendrá un sistema de cogeneración eléctrica con el propósito de hacer una refinería autónoma en sus servicios, así como talleres, cuartos de control y edificios administrativos.
Puesta en marcha
Este 1º de julio se pondrá en marcha una fase de prueba con una duración de seis meses, es decir, en 2023 comenzaría su funcionamiento.
Ramsés Pech, especialista en el sector energético, comentó que durante el lapso de prueba, que puede extenderse hasta 8 meses, se revisará la hermeticidad de cada equipo, líneas en cuanto a presión y flujos, el correcto funcionamiento de las plantas en cuanto a las condiciones de temperatura, reacciones o presiones para el proceso a que fueron hechas. “Es decir, meter crudo y observar desde la entrada a salida que todo funcione”, dijo.
Precisó que es “muy difícil que las refinerías trabajen al 100 por ciento” de su capacidad, pues por lo regular fluctúan los porcentajes entre 85 y 93 por ciento.
Sin embargo, por cuestiones de prueba y certificación –dada por un tercero calificado–, sí puede lograr esa producción.
El experto consideró que México llegará a la autosuficiencia energética si Pemex produce 2 millones 500 mil barriles diarios de crudo y envía un millón 600 mil barriles a las refinerías, las cuales deben operar al menos a 84 por ciento, además de que Olmeca y Deer Park envíen todo el volumen de producción.
A unas horas de inaugurar las instalaciones, la Comisión Reguladora de Energía aprobó un permiso E/2268/GEN/2022 a Pemex Transformación Industrial para generar energía eléctrica en la central de la refinería que se construyó en menos de tres años.