Greenpeace México realizó una protesta ante el reinicio de las obras del tramo 5 del Tren Maya, donde colocó un salvavidas gigante con el mensaje “Protejamos la selva maya”.
Esto fue antes que el gobierno federal confirmara que declaró la obra como proyecto de seguridad nacional, lo que le permite evadir los juicios de amparo de asociaciones ambientalistas que reclaman los daños al ecosistema.
Greenpeace afirma que el reinició de obras significa que la ley no se cumplió desde el inicio de la obra y sigue sin cumplirse, “ya que no se han concluido los procesos judiciales que se deben seguir tras las suspensiones”.
Greenpeace y otras organizaciones afirman que la construcción del Tramo 5 devasta el ecosistema y afecta la biodiversidad de manera irreversible a través de la deforestación; la pérdida de hábitat; la fragmentación del ecosistema y el desplazamiento de especies de flora y fauna en peligro.
Sostiene que hay un impacto negativo en el acuífero de importancia global, el sistema de cuevas inundadas y semi-inundadas más grande del mundo y que impactará en la disponibilidad de agua en la región.