Cuando aún hacían eco las palabras huecas, sin fuerza, del senador Ricardo Monreal que adelantaban su voto en contra del plan B electoral del presidente Andrés Manuel López Obrador, su compañera de bancada, Ana Lilia Rivera, afirmó: “Morena no es de sueltos, no es de traidores”.
Duro e innecesario deslinde que hizo brincar de sus escaños a los legisladores de la 4T para aplaudir de pie cuando el también presidente de la Junta de Coordinación Política ya se había apartado de su bancada en dos ocasiones.
Antes de subir a tribuna, Monreal comentó en privado a senadores cercanos que su rechazo al plan B significaría emprender un camino sin retorno, más lejos del hombre de Palacio Nacional.
En sí, comentó Monreal, su voto en contra impacta de manera definitiva para no estar en la boleta presidencial en 2024, al menos no con los colores de Morena y sus aliados, confirmó Latinus entre asistentes al encuentro.
Este miércoles, el rostro pétreo de Monreal en tribuna contrastó en los pasillos con la hostilidad de su equipo de trabajo, que gruñía a la menor petición, mientras hace maletas hacia el 2024, sin claridad de color.
El senador por Zacatecas puso fin a los malabares verbales, como lo exigió el día anterior Germán Martínez, para subrayar que no puede “compartir que la Carta Magna se ignore o sea burlada”.
Su definición se dio a pesar del ofrecimiento que llegó al Senado para retomar la candidatura a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, como confirmaron un par de senadores de Morena y de la oposición a Latinus.
Monreal, el malabarista, cae en el colchón opositor que lo cobija, como la senadora del Grupo Plural, Nancy de la Sierra, quien reconoce en tribuna su congruencia.
Pero en privado cayó al vacío, cuando los legisladores César Cravioto y Antares Vázquez exigieron en la plenaria de Morena que se votara el dictamen sin cambios, en abierto rechazo al zacatecano.
Monreal se quedó solo, en tanto que los grupos parlamentarios del PVEM y del Partido del Trabajo, quedaron cobijados tras mantener el privilegio de vida eterna para acceder a prerrogativas con otra fórmula de votación.
“La democracia en México está en riesgo, enfrentamos una reforma irracional e incongruente que mutila al INE y disminuye sus capacidades, que aunado a los ajustes al Tribunal y a los organismos públicos locales electorales dejan a los partidos y al oficialismo en libertad absoluta para hacer y deshacer frente a unos árbitros sin dientes, sin las herramientas de control y sanción”, dijo el senador del Grupo Plural, Emilio Álvarez Icaza.
Para la panista Xóchitl Gálvez, quien se paseó por el Senado con un dinosaurio inflable, el plan B del Ejecutivo federal es el retorno del exsecretario de Gobernación y actual director de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett Díaz “para volver a hacer el fraude total de 1998”.
Ante la inminente derrota frente a la mayoría legislativa de la 4T, el senador del PRI, Miguel Ángel Osorio, confirmó que su bancada “no será partícipe de este atentado. Vamos a defender hasta el último de los espacios”.
Por ello, en ambas cámaras la oposición sólo espera la aprobación en el recinto legislativo de San Lázaro, que se prevé este jueves en el pleno, para interponer una acción de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación.