México.- Al asegurar que la reforma electoral no limita los derechos ciudadanos, sino que, por el contrario, fortalece la democracia, el presidente Andrés Manuel López Obrador anticipó que se encargará de seguir informando para “crear consciencia masiva” y que la transformación no dependa de un solo líder, sino de todo el pueblo informado.
La diferencia entre un escritor y un dirigente político –dijo– es que el primero no debe repetirse, mientras el segundo sí. “Su función es hacer consciencia, es una misión pedagógica. Porque sólo así, cambiando la mentalidad del pueblo, es que se pueden lograr las transformaciones. Hay veces que se dan revoluciones y la gente sigue pensando igual (…) Por eso lo más importante de todo es que se esté creando consciencia de manera masiva para que no dependa de un dirigente, de un grupo, de una vanguardia, sino que todo el pueblo esté informado, esté consciente y que no sea susceptible de manipulación. Esa es la revolución de las conciencias, eso es lo más importante de todo”.
Durante la mañanera, consideró que las acciones de inconstitucionalidad tramitadas ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación por los opositores al llamado plan B podrían prosperar. “Porque la Corte está… ¡Ay, nanita! Es un poder plagado de corrupción y al servicio de los grupos de intereses creados”.
Afirmó que en caso de que las modificaciones electorales afecten las garantías de la ciudadanía deben revertirse. “Todo aquello que se piense que va a limitar los derechos ciudadanos se quita, no hay ningún problema, nosotros consideramos que no afecta”.
–¿Sería con una contrarreforma legislativa? –se le preguntó.
–No, no. El Poder Judicial lo puede hacer, dice: ‘Este artículo lo invalido’, pero no significa invalidar la ley en su conjunto. Es más, así lo tienen que hacer, tienen que ver artículo por artículo, pero el asunto no es ese, pues, es el pretexto –aseveró.
Defendió la reforma y remarcó que insistirá en sus beneficios en pro del voto libre y de las elecciones limpias; además de que elimina a la “burocracia dorada” de los organismos electorales, la cual mantiene en “un enigma” el monto real de los fideicomisos del Instituto Nacional Electoral (INE). Además, esos altos funcionarios, como el consejero presidente Lorenzo Córdova o el ahora ex secretario ejecutivo Edmundo Jacobo –su cartera desaparece con la reforma–, mantienen altos salarios, los servicios médicos privados y millonarias liquidaciones.