MRS / Revista Punto de Vista / 22 de Mayo 2023
La noticia de que la Secretaría de Salud ha dado por terminada la emergencia sanitaria por COVID-19 en México después de tres años es, sin duda, un alivio para todos los que han sufrido las consecuencias de esta pandemia. Sin embargo, no podemos ignorar el hecho de que en esos tres años, según datos oficiales, 333,961 personas murieron por COVID-19 en el país.
Estas cifras presentan una situación preocupante que no puede ser minimizada ni ignorada, más aún si tomamos en cuenta que según los comunicados oficiales de la OMS (Organización Mundial de la Salud) las muertes reales por covid en México pueden ser tres veces más de lo que el gobierno mexicano ha dado a conocer.
Es importante destacar que la Secretaría de Salud, desde el principio de la emergencia, se dedicó a maquillar, ocultar, engañar, sesgar la información con fines eminentemente políticos. Esta actitud no sólo es inaceptable, sino que también ha costado miles de vidas humanas.
Es cierto que el exceso de mortalidad es la medida que ofrece con mayor certeza el impacto que la pandemia ha dejado en los países. En México, el exceso de mortalidad entre enero de 2020 y septiembre de 2022 fue de 793,600, el 70% de esas muertes estuvieron relacionadas con el COVID-19. El otro 30% podría haber sido causado por la epidemia, aunque las actas de defunción no lo señalen.
Es alarmante que el COVID-19 se haya convertido en la primera causa de muerte entre los mexicanos en 2021, según datos del INEGI. Es evidente que la pandemia ha tenido un impacto significativo en la sociedad mexicana, y no podemos ignorar la responsabilidad del Subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, en todo esto.
Recientemente un juez ha instruido al Ministerio Público para que investigue su responsabilidad en las cientos de miles de muertes que dejó la pandemia. Las conductas de López Gatell, la negligencia criminal, las mentiras y la desinformación que propagó son inexcusables y deben ser castigadas de manera ejemplar.
Es cierto que la historia juzgará de todo esto a López Gatell, pero mientras eso sucede es importante que la rendición de cuentas sea llevada a cabo de inmediato y que se haga justicia por los que perdieron a sus seres queridos a causa de la mala gestión de la pandemia.
Es necesario un cambio en la forma en que el gobierno maneja las crisis de salud pública. La pandemia ha demostrado que la transparencia y la honestidad son fundamentales para salvar vidas y proteger la salud de la población. Esperamos que este triste episodio en la historia de México sirva como una lección en el futuro para que nunca más se repita algo similar.