El gobierno mexicano implementará un proyecto de estimulación de nubes en 10 regiones del norte y noreste del país para enfrentar la sequía, según informó la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).
Con el objetivo de recargar acuíferos y beneficiar al sector rural en 62 municipios durante los ciclos primavera-verano 2023 y otoño-invierno 2023-2024, técnicos de la Comisión Nacional de Zonas Áridas (Conaza) liderarán esta iniciativa con el apoyo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
La Sader detalló que se han delimitado 10 polígonos en las regiones de Sonora, Sinaloa, Durango, Zacatecas, Chihuahua, Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Coahuila y Tamaulipas, incluyendo La Laguna, áreas donde se desarrollan actividades agrícolas y pecuarias.
Para lograr la generación de lluvias en estas regiones, los técnicos utilizarán moléculas de yoduro de plata dispersadas en acetona enfriada, lo cual genera núcleos de condensación propicios para la precipitación pluvial.
La dependencia subrayó que esta tecnología es 100% mexicana y amigable con el medio ambiente, descartando cualquier impacto ambiental o contaminación del agua debido a la composición de sal y mineral de los compuestos utilizados.
Este proyecto forma parte de la tercera temporada de estimulación de lluvias, que comenzó en 2023 con el apoyo de una aeronave del gobierno del estado de Tamaulipas para atender una zona dedicada al cultivo de sorgo de invierno. En años anteriores, el proyecto contó con el respaldo de los gobiernos de Sonora y Sinaloa, quienes facilitaron sus propias aeronaves.
Esta tecnología se implementa en México desde finales de 2020 y ha mostrado resultados significativos. Con una investigación de más de 40 años del agrónomo Manuel Menéndez y perfeccionada en 2013 por el ingeniero Alejandro Trueba, el proyecto fue lanzado en 2019 con mejoras sustanciales en su fórmula química.
En 2021, se logró un impacto positivo en un polígono de trabajo de 2 millones de hectáreas en Baja California durante el invierno, lo que incentivó la implementación de proyectos en las zonas de estrés hídrico de Sonora, Sinaloa y Chihuahua. Además, se llevaron a cabo actividades en los semidesiertos de Coahuila, Durango y Zacatecas, con beneficios similares en cada región.
En 2022, se incluyeron zonas de estrés hídrico severo en Baja California, Sonora, Sinaloa, Chihuahua, la Región Lagunera y el área de cultivo de sorgo en el bajo Río Bravo de Tamaulipas.