El reciente incidente en el que el Alcalde Enrique Francisco Galindo Ceballos decidió utilizar la fuerza pública para desalojar a grupos de vecinos del Saucito, que manifestaron su rechazo a las nuevas obras de construcción de un paso a desnivel, es una clara muestra de su falta de capacidad y sensibilidad al diálogo. Este acontecimiento pone de manifiesto el carácter intolerante del Alcalde, quien opta por resolver los problemas mediante la represión. Además, se destaca su oscuro pasado marcado por hechos de violencia durante su función como Comisionado de la entonces Policía Federal en el Gobierno de Enrique Peña Nieto.
La columna Bitácora, escrita por el reconocido comunicador Armando Acosta, realiza un ejercicio periodístico de retrospectiva que sitúa en contexto los hechos de violencia en los que estuvo involucrado Galindo Ceballos. Durante su tiempo en el gabinete peñanietista, su ego y ansias de poder crecieron desmesuradamente. Sin embargo, su posición le duró hasta el 29 de agosto de 2016, cuando el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, anunció su destitución debido a su mente maquiavélica y violenta.
En Apatzingán, Michoacán, el 6 de enero de 2015, se produjo un enfrentamiento armado entre policías federales y civiles, con un saldo de 16 muertos. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) dictaminó el uso excesivo de la fuerza, lo que resultó en la muerte de cinco personas, así como en la ejecución extrajudicial de un hombre al disparar contra jornaleros y autodefensas desarmados.
En Tanhuato, Michoacán, en mayo de 2015, la Policía Federal se enfrentó durante más de tres horas a civiles armados, dejando un saldo de 43 muertos. La CNDH también dictaminó que al menos 22 civiles fueron abatidos de manera extrajudicial, además de encontrar pruebas de personas torturadas, una de ellas quemada viva, y la alteración de la escena del crimen.
En Nochistlán, Oaxaca, el 19 de junio de 2016, maestros del CNTE realizaron un bloqueo exigiendo la liberación de dos de sus líderes. Cuando llegaron los Policías Federales, se produjo un enfrentamiento que resultó en la muerte de 8 docentes y al menos 100 heridos. Se demostró que los agentes dispararon contra los manifestantes desarmados. En un primer momento, Galindo Ceballos afirmó que sus hombres no iban armados, pero tuvo que retractarse y aceptar su responsabilidad. Un mes después, fue cesado de su cargo de manera fulminante.
Recientemente, el Alcalde Enrique Galindo ordenó un operativo aparatoso en el norte de la ciudad, con la participación de agentes de grupos especiales y antimotines, para intimidar a los grupos vecinales que se oponen a la construcción del paso a desnivel en la avenida Fray Diego de la Magdalena, junto a la Iglesia del Saucito.
A pesar de esto, los vecinos no se dejaron amedrentar por los agentes policiales, que estaban preparados para actuar en caso de reacciones violentas. Galindo Ceballos incumplió su promesa de dialogar con los colonos antes de llevar a cabo la obra, optando por su autoritarismo y demostrando que su palabra es ley al ordenar la colocación de material de construcción como prueba de su decisión.
El comportamiento del Alcalde Enrique Galindo Ceballos durante el incidente en el Saucito refleja su falta de capacidad para el diálogo y su inclinación hacia la represión. Sus antecedentes marcados por la violencia en el pasado, cuando fungió como Comisionado de la Policía Federal, lo persiguen y plantean serias dudas sobre su idoneidad para ocupar un cargo de tal responsabilidad. La imposición de su voluntad sin considerar el diálogo y la participación ciudadana sólo profundiza la división y el malestar en los ciudadanos.
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