La directora ejecutiva de Oxfam México, Alexandra Haas, ha expuesto que el desvío fiscal practicado por millonarios en el país tiene un impacto anual estimado de 10 mil millones de dólares. Haas ha destacado la urgencia de adoptar un acuerdo fiscal regional y revisar las normativas fiscales en México para abordar esta problemática.
Según la denuncia de Haas, México experimenta una significativa pérdida en su recaudación fiscal en comparación con otros países latinoamericanos. Mientras México recauda apenas el 17% de su Producto Interno Bruto (PIB), Argentina y Brasil recaudan el 26% y 29% respectivamente.
“Es una tragedia que seamos un país con una gran pérdida de recaudación. Recaudamos solo el 17% del PIB, mientras que en otros países de América Latina, como Argentina o Brasil, están en el 26% o 29%”, afirmó la directiva.
Un estudio realizado por Quinto Elemento revela que en los últimos cincuenta años, 3,047 mexicanos han trasladado su patrimonio a refugios fiscales, estableciendo 1,241 compañías, 72 fundaciones y 600 fideicomisos, principalmente a través de nueve bufetes internacionales.
Haas explica que estos refugios fiscales son regiones o naciones con impuestos bajos que atraen a empresas para establecerse en ellas. En algunos casos, se crean empresas ficticias que declaran su dirección oficial en estos lugares, aunque operan en otras regiones.
Se estima que el 22% del capital de América Latina y el Caribe se encuentra en estos refugios fiscales. En el caso de México, la pérdida de 10 mil millones de dólares anuales debido a esta práctica equivale al presupuesto operativo anual de 137 hospitales especializados.
Haas advierte que esta situación tiene graves repercusiones en la capacidad del gobierno para financiar servicios públicos y programas de desarrollo social. Con menos recaudación, se ven limitados el acceso a derechos y la movilidad social, generando un círculo de pobreza intergeneracional.
“Menos recaudación implica menos servicios, menos ejercicio de los derechos y menos movilidad social, perpetuando la situación de pobreza intergeneracionalmente”, lamentó.
Por otro lado, la elusión fiscal permite a los “súper ricos” y a grandes empresas acumular capital pagando menos impuestos al gobierno. Haas cuestiona que esta riqueza no se transforme en una promesa de prosperidad para todos.
“Esa riqueza nunca se convierte en la gran promesa, que es que los empresarios creen más riqueza para que todo el mundo se beneficie”, subrayó.