MRS / Revista Punto de Vista / 05 de Octubre 2023
El sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador comenzó con una gran promesa: lograr un sistema de salud universal de primer mundo, similar al que se encuentra en países como Dinamarca. Garantizar la seguridad social para todos los mexicanos era uno de los compromisos más destacados de su campaña presidencial. Sin embargo, a medida que avanzamos hacia el final de su mandato, es evidente que esta promesa no se ha cumplido, y lo que es aún más preocupante es el recorte propuesto en el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para 2024.
El sistema de salud en México ha sido durante mucho tiempo objeto de críticas debido a su falta de cobertura y calidad. La promesa de AMLO de transformar este sistema era una luz al final del túnel para millones de mexicanos que esperaban una atención médica de calidad y acceso a medicamentos sin importar su situación económica. Sin embargo, a lo largo de su mandato, hemos visto más retórica que acciones concretas para lograr esta transformación.
Uno de los datos más alarmantes en el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para 2024 es el recorte del 55.8% en el ramo 12, que se encarga de financiar el sector salud. Este recorte es incomprensible y va en contra de la promesa de AMLO de fortalecer el sistema de salud. ¿Cómo se puede lograr un sistema de salud de primer mundo cuando se están reduciendo los recursos destinados a este sector vital?
La respuesta a esta pregunta es esencial para comprender el estado actual del sistema de salud en México. El recorte propuesto plantea preocupaciones legítimas sobre la capacidad del gobierno para proporcionar atención médica de calidad a la población. La falta de recursos se traduce en la escasez de personal médico, la falta de medicamentos y la infraestructura obsoleta de hospitales y clínicas.
Además, el recorte presupuestario pone en peligro los avances logrados en la lucha contra la pandemia de COVID-19. La atención médica y la vacunación masiva son cruciales para controlar la propagación del virus y proteger la salud de los mexicanos. Reducir drásticamente el presupuesto del sector salud en este momento crítico parece una medida imprudente que pone en riesgo la vida de la población.
Es fundamental recordar que la inversión en salud no es un gasto, sino una inversión en el bienestar y el futuro de un país. Los sistemas de salud sólidos son fundamentales para el crecimiento económico y el desarrollo humano. Si México quiere avanzar hacia un sistema de salud universal de primer mundo, debe asignar recursos adecuados y garantizar que se utilicen de manera eficiente y transparente.
En lugar de recortar el presupuesto de salud, el gobierno debería estar buscando formas de fortalecerlo. Esto implica abordar problemas estructurales como la corrupción en el sistema de salud y mejorar la gestión de los recursos disponibles. También es crucial involucrar a expertos y profesionales de la salud en la toma de decisiones para diseñar políticas efectivas.
El incumplimiento de la promesa de lograr un sistema de salud universal de primer mundo es una gran deuda en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador. El recorte propuesto en el presupuesto de salud para 2024 es alarmante y va en contra de la búsqueda de un sistema de salud de calidad. Es hora de que el gobierno reconsidere esta decisión y demuestre su compromiso con la salud y el bienestar de todos los mexicanos. El acceso a una atención médica de calidad no debería ser una promesa vacía, sino una realidad para todos los mexicanos.
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