El ejército israelí ha emitido una orden de evacuación en el norte de Gaza, hogar de 1.1 millones de personas, con un plazo de 24 horas, según ha informado un portavoz de Naciones Unidas. Esta medida se produce en medio de la escalada de violencia, donde Israel busca erradicar al grupo extremista Hamás tras un devastador ataque.
Aunque la orden podría indicar una inminente ofensiva terrestre, las fuerzas armadas israelíes aún no han confirmado oficialmente esta situación. El jueves, señalaron que los preparativos estaban en marcha, pero la decisión final no se había tomado.
El vocero de la ONU, Stéphane Dujarric, advirtió sobre las “devastadoras consecuencias humanitarias” que podría conllevar esta evacuación. La noticia ha causado pánico en el norte de Gaza, donde reside casi la mitad de la población del territorio.
Un funcionario de la ONU, bajo condición de anonimato, calificó la situación como “completamente sin precedentes” y destacó los esfuerzos del organismo por obtener más detalles de las autoridades israelíes a los niveles políticos más altos.
En caso de una ofensiva terrestre en Gaza, gobernada por Hamás y con una población concentrada en una estrecha franja de 40 kilómetros, se teme que el número de víctimas en ambos bandos aumente significativamente en una intensa batalla casa por casa.
Hasta el momento, el ataque de Hamás y los atentados menores han dejado más de 1,300 muertos en Israel, incluyendo 247 soldados, una cifra sin precedentes en décadas. Los posteriores bombardeos israelíes han cobrado la vida de más de 1,530 personas en Gaza, según informaron las autoridades de ambas partes.
Mientras Israel bombardea Gaza desde el aire, los extremistas de Hamás han lanzado miles de cohetes hacia Israel, lo que ha aumentado la preocupación de una posible extensión de los combates en la región. Además, la prensa estatal siria informó que los ataques israelíes del jueves afectaron dos aeropuertos internacionales sirios.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, prometió “aplastar” a Hamás después de que algunos de sus miembros incursionaran en el sur del país y causaran una masacre, incluyendo la muerte de niños y jóvenes en un festival de música.
La población israelí, en duelo y buscando venganza, ejerce una intensa presión sobre el gobierno para derrocar a Hamás en lugar de mantenerlo encerrado en Gaza.
Los ataques aéreos israelíes han forzado a un 25% de la población de Gaza, que equivale a 423,000 personas de los 2.3 millones de habitantes, a abandonar sus hogares, según un informe de la ONU publicado el jueves. La mayoría de ellos se refugian en escuelas gestionadas por Naciones Unidas.