Pemex, la empresa petrolera estatal de México, ha reportado un drástico aumento en su deuda con proveedores y contratistas al cierre de septiembre, comparado con el mismo período del año anterior. La deuda ha aumentado en un asombroso 125 por ciento en tan solo un año, alcanzando una cifra total de más de 101 mil millones de pesos.
Hace un año, en septiembre de 2022, la deuda de Pemex con proveedores se situaba en 44 mil 898 millones de pesos. Del nuevo monto adeudado, aproximadamente 95 mil 730 millones ya han sido facturados, mientras que otros 5 mil 290 millones corresponden a materiales y trabajos recibidos pero aún pendientes de facturación.
El director de Pemex, Octavio Romero, había declarado ante los diputados la semana pasada que durante su gestión la empresa se había “desendeudado”. Sin embargo, estos últimos datos parecen contradecir esa afirmación.
Víctor Gómez, profesor de economía del ITAM, ha destacado que este crecimiento significativo en la deuda de Pemex pone de manifiesto problemas de liquidez, y los efectos del impago están teniendo un impacto desproporcionado en las pequeñas empresas proveedoras. Gómez señaló que “para las empresas de menor tamaño, la afectación se magnifica, ya que Pemex es el cliente más grande en sus carteras”.
Además, Gómez explicó que las empresas que han logrado obtener créditos bancarios han visto cómo estos se encarecen debido a su relación como proveedores de Pemex.
Entre los proveedores más afectados se encuentra la petrolera Hokchi Energy, que tiene una deuda de 190 millones de dólares por crudo producido que debía ser vendido por Pemex. Esta situación plantea desafíos significativos para la estabilidad financiera de las empresas proveedoras y la industria petrolera en México.
