El Ejército Mexicano ha desviado miles de millones de pesos destinados a la Agencia Nacional de Aduanas, generando un escándalo financiero. El 30 de agosto de 2022, un fideicomiso aduanero fue obligado a transferir la asombrosa cifra de 171 mil millones de pesos a otro fideicomiso bajo el control de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Este último, inicialmente creado para obras y servicios aduaneros, vio su propósito modificado en junio del año pasado, ampliando sus fines para abarcar otras obras bajo el mando de la Sedena.
Mientras tanto, las consecuencias son palpables: la operación de la Agencia Nacional de Aduanas se ve afectada negativamente, evidenciándose una disminución de ingresos en 22 de las 33 aduanas administradas por el Ejército. Este desvío de fondos plantea preguntas sobre la transparencia y el impacto en la eficiencia de las operaciones aduaneras en el país. La situación actual genera preocupación y cuestionamientos sobre la gestión financiera y la priorización de recursos en el ámbito militar, dejando al descubierto las implicaciones para el sistema fiscal y aduanero mexicano.
