El gobierno mexicano, liderado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, formalizó el martes la cesión del control de cuatro aeropuertos locales a una empresa perteneciente a la Secretaría de Defensa. Esta acción forma parte de la estrategia para involucrar a las fuerzas armadas en proyectos de infraestructura, una medida que ha generado fuertes críticas por parte de la oposición.
Los aeropuertos de Uruapan (oeste), Palenque (sureste), Puebla (centro) y Puerto Escondido (sur) ahora estarán bajo la administración del Grupo Aeropuertario, Ferroviario Olmeca-Maya-Mexica (GAFSACOMM), una entidad controlada por el Ejército. Según documentos publicados en el Diario Oficial, GAFSACOMM se encargará de la administración, operación, explotación e incluso la construcción en algunos casos.
De estas instalaciones, Puerto Escondido y Puebla destacan por su actividad, mientras que Uruapan tiene una baja actividad y Palenque ha estado inactivo durante años desde su inauguración en la década pasada.
Este movimiento se suma a la serie de proyectos encomendados por López Obrador al Ejército desde que asumió la presidencia en 2018, incluyendo la construcción de un tren de pasajeros en el sureste y un aeropuerto en Tulum, así como otro al norte de la capital.
Las críticas hacia el presidente no solo se centran en el aumento de la presencia militar en proyectos civiles, sino también en la creación de una Guardia Nacional militarizada, utilizada principalmente para contener flujos migratorios provenientes de Latinoamérica. El anuncio de la cesión de los aeropuertos ha avivado el debate sobre el papel de las fuerzas armadas en actividades no relacionadas con la defensa nacional.