En el quinto aniversario del mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador, los datos de homicidios dolosos presentados por el Gobierno federal revelan una realidad alarmante: más de 169 mil asesinatos en un lapso de cinco años, promediando 93 casos diarios. Estas cifras sorprenden, mostrando un aumento del 52% respecto a los primeros cinco años de Calderón y un 37% más que el mismo periodo de Peña.
A pesar de la afirmación del presidente sobre una supuesta tendencia a la baja, expertos en seguridad y académicos argumentan que la estrategia actual no está frenando la violencia. David Saucedo, consultor en políticas públicas, señala que el acumulado de homicidios es “impresionante” y sin precedentes en la historia moderna del país.
Guillermo Garduño, académico de la UAM, advierte sobre el agotamiento del régimen y la necesidad de una estrategia diferente. Subraya que, a pesar de las cifras aparentemente optimistas, la impunidad persiste, revelando problemas estructurales en la justicia e instituciones del país.
Los estados más afectados por la violencia, según el Sistema Nacional de Seguridad Pública, incluyen a Colima, Morelos, Baja California, Zacatecas y Chihuahua. A pesar de la crítica al uso excesivo de la fuerza, López Obrador insiste en que la tendencia a la baja continuará, haciendo hincapié en atender las causas subyacentes de la violencia.
La situación plantea desafíos significativos para el gobierno mexicano, generando un llamado a repensar la estrategia de seguridad y abordar las causas profundas de la violencia en el país.