El Congreso de la Ciudad de México tomó la decisión de no ratificar a Ernestina Godoy como fiscal capitalina, con 25 votos en contra y 41 votos a favor. A pesar de convencer a algunas legisladoras de oposición, la mayoría morenista no alcanzó los 44 votos necesarios para mantener a Godoy en su cargo hasta 2028.
El martes 9 de enero, Godoy concluirá su encargo y dejará la fiscalía, presentando un informe de labores. Inicia así una nueva disputa para elegir al próximo fiscal, que saldrá de una terna presentada por el Consejo Judicial Ciudadano a la Jefatura de Gobierno.
Este proceso, que no es inmediato y podría tardar meses, deja a Oliver Ariel Pilares Viloria como encargado de despacho a partir del 10 de enero. La sesión extraordinaria que decidió la no ratificación estuvo marcada por acusaciones y tensiones políticas, con Morenistas y aliados señalando al PAN y al PRI de maniobras para evitar la permanencia de Godoy.
Diputados del PAN, PRD, Movimiento Ciudadano y parte del PRI expresaron su rechazo a la ratificación, acusando a Godoy de ser una “fiscal carnal” y “fiscal espía”. Argumentaron presiones políticas y amenazas jurídicas por mantener su negativa a la ratificación.
En contraste, siete legisladores hablaron a favor de Godoy, negando la persecución política y destacando la necesidad de distinguirla de la procuración de justicia. La votación reflejó divisiones y tensiones en el Congreso de la Ciudad de México, augurando un proceso de elección del nuevo fiscal que no será exento de desafíos y controversias.