En el paradisíaco entorno de la península de Yucatán, la construcción del Tren Maya, proyecto emblemático del presidente Andrés Manuel López Obrador, ha generado preocupación entre ecologistas y defensores del medio ambiente. Imágenes compartidas por Guillermo DChristy, espeleólogo y activista, revelan la presencia de pilares de acero y cemento en la red de cuevas, cenotes y ríos subterráneos, poniendo en evidencia la alteración de uno de los mayores atractivos del Caribe mexicano.
A pesar de las promesas gubernamentales de conservación, los ecologistas afirman que las obras del Tren Maya han afectado áreas sensibles, incluyendo el sistema de cavernas y cenotes que constituyen la única fuente de agua dulce en la región. DChristy, quien ha sido crítico del proyecto desde sus inicios, denuncia la perforación y el vertido de concreto en estas formaciones naturales, contradiciendo las garantías dadas por el gobierno.
Las imágenes, capturadas en el complejo de cuevas Aktun Túyul, cerca de Xpu Ha, a unos 100 kilómetros al sur de Cancún, evidencian la presencia de columnas de acero en un tramo inacabado del tren. La empresa militar encargada de la construcción y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) no han emitido comentarios hasta el momento.
El Tren Maya, una megaobra de 1,500 kilómetros y 20 mil millones de dólares, conectará los principales destinos turísticos de la península. A pesar de las promesas de una calzada elevada sostenida por pilotes para evitar dañar las formaciones naturales, la realidad parece distinta, según las denuncias de los ecologistas. La obra, a cargo de las fuerzas armadas, ha enfrentado críticas desde el principio, y la respuesta del presidente López Obrador ha sido señalar a los ambientalistas como parte de sus enemigos conservadores.
Este nuevo episodio en la controversia del Tren Maya destaca los desafíos ambientales que enfrenta la península de Yucatán y la importancia de equilibrar el desarrollo turístico con la preservación de su rica biodiversidad y patrimonio arqueológico.