En medio de la contienda electoral, la candidata presidencial Xóchitl Gálvez propuso el cierre de las refinerías de Cadereyta y Tampico como medida ambiental. Sin embargo, el presidente Andrés Manuel López Obrador refutó esta posibilidad, aclarando que no existe tal refinería en Tampico y reafirmando su compromiso con la industria petrolera del país.
La discusión sobre el cierre de las refinerías ha cobrado relevancia debido a preocupaciones ambientales, especialmente en Nuevo León, donde se reporta que la refinería de Cadereyta contribuye significativamente a la contaminación del aire. No obstante, el presidente López Obrador atribuye la mala calidad del aire a la densidad industrial de Monterrey y niega que la refinería sea la principal fuente de contaminación.
Este debate se enmarca en un contexto más amplio de proteccionismo de los recursos nacionales, evocando las advertencias históricas de líderes como Lázaro Cádenas y Adolfo López Mateos sobre los riesgos de ceder el control del petróleo a intereses extranjeros. La postura del gobierno actual es clara: mantener las refinerías operando y defender la soberanía energética de México.
