En su conferencia de prensa reciente, el presidente Andrés Manuel López Obrador hizo un llamado a los jóvenes mexicanos, instándolos a evitar simpatizar con la oposición política. Sin mediar pregunta alguna, el mandatario advirtió sobre los riesgos de adherirse al movimiento conservador, calificándolo como una influencia que podría corromper la ciudadanía. Este pronunciamiento provocó controversia en el contexto de la próxima elección presidencial, a tan solo dos meses de su realización.
López Obrador, sin mencionar nombres, hizo referencia a acusaciones contra Xóchitl Gálvez, aspirante a la Presidencia por el PAN, PRI y PRD, negando las denuncias sobre sus hijos. Además, criticó a la oposición por no retractarse de señalamientos infundados, como los supuestos vínculos con el crimen organizado, apuntando incluso a medios internacionales como The New York Times.
El presidente también anticipó una intensificación de la “guerra sucia” durante los meses previos a las elecciones, aconsejando a la población a protegerse de la desinformación. En un giro inusual, presumió logros de su gobierno, citando encuestas sobre la aprobación pública y la percepción de felicidad en México.
Este llamado a los jóvenes, junto con la exhibición de datos favorables para su administración, plantea interrogantes sobre la imparcialidad del mandatario en el periodo electoral, donde se espera que se mantenga neutral y que la publicidad gubernamental tenga propósitos puramente informativos y educativos.