El diario estadounidense The Wall Street Journal informó este domingo que Estados Unidos ha intensificado sus esfuerzos para convencer al presidente venezolano, Nicolás Maduro, de que abandone el poder, ofreciendo amnistía a cambio de su renuncia. Este movimiento ocurre en un contexto donde han surgido evidencias de que Maduro perdió las elecciones presidenciales de julio, según fuentes cercanas a las negociaciones.
De acuerdo con el reportaje exclusivo, la administración de Joe Biden ha discutido la posibilidad de otorgar indultos a Maduro y a sus principales colaboradores, quienes enfrentan serias acusaciones de tráfico de drogas por parte del Departamento de Justicia de EE. UU. El gobierno estadounidense había ofrecido previamente hasta 15 millones de dólares por información que condujera al arresto de Maduro.
No obstante, fuentes consultadas indican que Estados Unidos estaría dispuesto a dejar de lado estas acciones legales si Maduro acepta dejar el poder antes de que termine su mandato en enero. Las negociaciones se han llevado a cabo principalmente de manera virtual, involucrando a Jorge Rodríguez, presidente del Congreso de Venezuela, y a Daniel P. Erikson, encargado de la política hacia Venezuela en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
A pesar de las ofertas, Maduro ha mostrado reticencia a aceptar cualquier acuerdo que implique su salida del poder. Sin embargo, algunos allegados al régimen sugieren que la creciente presión internacional y las promesas de amnistía podrían llevarlo a reconsiderar su posición.
Este intento de negociación por parte de EE. UU. se alinea con la estrategia de la oposición venezolana, que ha documentado meticulosamente los resultados de las elecciones de julio, donde el candidato opositor Edmundo González habría ganado por un amplio margen. A pesar de estos resultados, el gobierno de Maduro ha mantenido su control, utilizando la represión para silenciar protestas y encarcelar a miles de disidentes.
La situación en Venezuela también ha captado la atención de otros países de la región, como Brasil, México y Colombia, que buscan mediar en el conflicto, aunque hasta ahora no han adoptado una postura firme contra Maduro. La administración Biden, a diferencia de su predecesora, ha optado por no imponer sanciones adicionales, prefiriendo ofrecer incentivos para evitar una escalada del conflicto.
