Claudia Sheinbaum, quien se convierte en la primera mujer en gobernar México, asumirá la presidencia este 1 de octubre en un contexto de altas expectativas y graves desafíos. Con el respaldo de siete de cada diez mexicanos, su mandato comenzará en medio de una crisis de violencia, carencias en el sistema de salud y complicaciones financieras heredadas de la administración de Andrés Manuel López Obrador.
Desde el inicio de su gobierno, Sheinbaum deberá abordar la alarmante crisis de inseguridad que ha marcado el sexenio anterior, con más de 200,000 homicidios y feminicidios registrados. La violencia se ha intensificado recientemente, especialmente tras la detención de Ismael “El Mayo” Zambada, lo que ha provocado enfrentamientos entre cárteles. Alejandro Martínez Serrano, especialista en Seguridad Nacional, advierte que la situación de seguridad es uno de los principales pendientes que la nueva presidenta no puede ignorar.
Además, el sistema de salud, que Sheinbaum prometió mejorar, presenta serias deficiencias. A pesar de los esfuerzos del gobierno saliente por consolidar el IMSS-Bienestar, aún hay un importante desabasto de medicamentos y carencias en infraestructura y personal médico. En 2023, más de 7 millones de recetas no fueron surtidas en el sector salud público, lo que pone en evidencia la urgencia de reformas en este ámbito.
Las finanzas públicas también representan un obstáculo significativo. Con un déficit histórico y presiones para mantener el gasto social, Sheinbaum deberá implementar sus promesas de campaña de manera gradual. La presidenta electa ha anunciado que programas como la beca universal no iniciarán hasta 2025 debido a la falta de recursos.
A pesar de las dificultades, encuestas recientes muestran un optimismo moderado hacia su gestión. El 81% de los encuestados considera que está bien preparada para gobernar, y el 54% tiene expectativas positivas sobre el futuro del país bajo su liderazgo. Sin embargo, analistas advierten que la presidenta debe equilibrar estas expectativas con la realidad de los retos que enfrenta desde el primer día.
Así, Claudia Sheinbaum inicia su mandato con una “luna de miel” corta, donde las promesas de cambio se enfrentarán rápidamente a la necesidad de resultados tangibles en un país que demanda soluciones urgentes.