La Secretaría de Salud (Ssa) enfrenta una drástica disminución de su relevancia y presupuesto en comparación con el crecimiento del IMSS Bienestar, creado para ofrecer atención gratuita a quienes no tienen seguridad social. Para 2025, el Gobierno ha solicitado 66 mil 693 millones de pesos para la Ssa, lo que representa una reducción del 31% respecto a 2024. En contraste, el IMSS Bienestar recibiría 165 mil 800 millones de pesos, casi un 29% más que lo autorizado para este año.
Desde su creación, el IMSS Bienestar ha visto un aumento significativo en su presupuesto, que pasó de 125 mil millones a 196 mil millones para 2024, un incremento del 52%. Este crecimiento ha permitido que el organismo expanda su estructura burocrática, aumentando de 15 mil a 167 mil plazas laborales y absorbiendo hospitales federales y de 23 estados, lo que le permite duplicar el gasto en salud del ISSSTE y acercarse al IMSS tradicional.
A diferencia de su predecesor, el Insabi, el IMSS Bienestar opera como un órgano no sectorizado, lo que significa que su presupuesto se maneja de manera independiente a la Ssa. Esto ha generado una reconfiguración en el gasto en salud, donde la Ssa ahora solo conservará 12 órganos desconcentrados con un presupuesto de 12 mil 631 millones de pesos para 2025, una caída significativa desde los 22 mil 311 millones de 2024.
Particularmente preocupante es la situación del Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescencia (Censia), que ha gastado solo una fracción de su presupuesto, lo que ha llevado a una reducción en sus asignaciones para el próximo año. La Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), crucial para la regulación sanitaria, también sufrirá recortes, con solo 820 millones de pesos asignados para 2025, a pesar de haber recibido un presupuesto significativamente mayor en 2024.