MRS / Revista Punto de VIsta / 26 de Noviembre 2024
La llegada de médicos cubanos a México ha desatado un intenso debate sobre la efectividad y la ética de esta estrategia en el contexto de la salud pública del país. En un momento en que México enfrenta una crisis de personal médico, el gobierno ha decidido contratar a otros 199 médicos cubanos de 29 especialidades, lo que ha generado preocupaciones sobre la calidad de atención y la regulación de estos profesionales.
El gobierno mexicano destina 472 millones de pesos al pago por los servicios de médicos cubanos, un gasto que muchos críticos consideran excesivo, especialmente cuando hay miles de médicos mexicanos desempleados o subutilizados. Se estima que existen cerca de 50,000 profesionales de la salud en México que podrían ocupar estos puestos, pero el gobierno argumenta que los médicos cubanos son enviados a zonas remotas donde los médicos locales no desean trabajar. Esta situación plantea la pregunta: ¿es realmente necesario importar médicos cuando hay talento local disponible?
Uno de los aspectos más preocupantes es la falta de fiscalización sobre el desempeño y las credenciales de los médicos cubanos. Aunque el gobierno asegura que estos profesionales están altamente capacitados, hay denuncias sobre la calidad de su formación y su integración en el sistema mexicano. Organizaciones como Prisoners Defenders han señalado que muchos de estos médicos llegan sin pasar por los controles migratorios adecuados y trabajan en condiciones que podrían considerarse explotación laboral. La ausencia de un marco regulatorio claro para supervisar su trabajo podría tener repercusiones graves en la atención médica que reciben los ciudadanos.
Contrario a lo que se espera, la llegada de estos médicos no garantiza una mejora en la salud pública. La opinión generalizada entre profesionales del sector es que esta medida no aborda las raíces del problema: la falta de inversión en formación y retención del personal médico mexicano. Los médicos cubanos pueden ser una solución temporal para cubrir vacantes, pero no resuelven el problema estructural del sistema de salud en México. Además, al priorizar la contratación extranjera, se corre el riesgo de desincentivar a los profesionales locales, quienes pueden ver sus oportunidades laborales aún más limitadas.
La estrategia del gobierno mexicano para incorporar médicos cubanos es un reflejo de una crisis más profunda en el sistema de salud del país. En lugar de buscar soluciones rápidas y costosas, sería más beneficioso invertir en el desarrollo y la retención del personal médico nacional. La salud pública no puede depender de medidas temporales; se necesita un enfoque sostenible que priorice a los profesionales mexicanos y garantice una atención médica adecuada para todos los ciudadanos.
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