Este lunes 5 de mayo, Sinaloa enfrentó una nueva ola de violencia que dejó al menos 10 personas asesinadas, resultado de ataques, enfrentamientos armados y bloqueos. Estos hechos se enmarcan en la narcoguerra que, desde hace más de 200 días, libran facciones del Cártel de Sinaloa.
La disputa entre “Los Chapitos”, liderados por los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, y “La Mayiza”, encabezada por Ismael “El Mayo” Zambada, ha escalado en intensidad desde septiembre de 2024. Este conflicto ha provocado múltiples enfrentamientos en municipios como Culiacán, Elota, Cosalá y Mazatlán, afectando gravemente a la población civil.
La violencia ha generado un clima de inseguridad que ha paralizado actividades cotidianas, como la suspensión de clases en varios municipios. Además, se han reportado saqueos y ataques a medios de comunicación, como el periódico El Debate en Culiacán.
Este nuevo episodio de narcoterrorismo evidencia la creciente debilidad del Estado para contener la violencia generada por el crimen organizado, dejando a la población en medio de una guerra sin cuartel.
