
Este miércoles 7 de mayo, en la Basílica de San Pedro del Vaticano, se celebró la misa Pro eligendo Pontifice, marcando el inicio del cónclave destinado a elegir al sucesor del papa Francisco. Durante la homilía, el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, hizo un llamado a la “unidad” y a la “comunión” en un momento que describió como “difícil, complejo y convulso” para la Iglesia.
La ceremonia contó con la participación de los 133 cardenales electores, quienes invocaron la guía divina para tomar una decisión que impactará a los más de 1.400 millones de católicos en el mundo. El cónclave comenzará formalmente esta tarde en la Capilla Sixtina, donde los cardenales prestarán juramento y realizarán una primera votación, cuya fumata, previsiblemente negra, se espera a las 19:00 horas.
Sin embargo, la homilía de Re generó controversia al omitir cualquier mención al papa Francisco, una omisión sin precedentes que ha sido interpretada como una señal de oposición al legado reformista del pontífice saliente. Además, al finalizar la misa, Re felicitó públicamente y abrazó a Pietro Parolin, actual Secretario de Estado y considerado uno de los favoritos para suceder a Francisco, lo que muchos ven como un gesto deliberado que podría influir en el desarrollo del cónclave.
Estos gestos han generado alarma entre el sector reformista de la Iglesia, preocupado por un posible bloque conservador que busca redirigir el rumbo establecido por Francisco. El ambiente en Roma refleja nerviosismo y un fuerte juego de señales en vísperas de una elección papal decisiva.
El nuevo papa será elegido cuando un candidato obtenga 89 votos, equivalentes a los dos tercios del total de electores. Una vez alcanzado este consenso, se emitirá la señal de la fumata blanca y se proclamará el “habemus papam”.










