
El programa diseñado para apoyar la reintegración laboral de los mexicanos deportados desde Estados Unidos, conocido como “México te abraza”, no ha cumplido con sus objetivos en cuanto a generación de empleo. Aunque se anunció que diversas empresas ofrecerían 70 mil empleos permanentes para los repatriados, la realidad mostró que la mayoría de las plazas fueron temporales o no se concretaron, dejando a muchos sin oportunidades laborales estables.
El plan, impulsado por el gobierno mexicano en coordinación con el sector privado y diversas dependencias, buscaba facilitar la reincorporación de los deportados al mercado formal mediante capacitación y acceso a programas sociales. Sin embargo, la falta de seguimiento, recursos insuficientes y la complejidad del mercado laboral han limitado el impacto real de esta estrategia. Muchas personas repatriadas enfrentan dificultades para encontrar empleo estable y acceder a servicios básicos, lo que agrava su vulnerabilidad social y económica.
A pesar de contar con apoyos como la “Tarjeta Bienestar Paisano” para gastos inmediatos y la afiliación al Instituto Mexicano del Seguro Social, el principal reto sigue siendo la generación de oportunidades laborales duraderas. Expertos y organizaciones civiles han señalado que el plan requiere un replanteamiento profundo, con mayor inversión y coordinación para atender las necesidades reales de los deportados, quienes a menudo regresan sin redes de apoyo ni condiciones adecuadas para su reinserción.










