
La automotriz china BYD, líder mundial en vehículos eléctricos, decidió detener su plan de construir una planta en México debido a la incertidumbre generada por las políticas comerciales del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump. La empresa confirmó que aguardará a que haya mayor claridad antes de retomar su inversión en la región.
Stella Li, vicepresidenta ejecutiva de BYD, mencionó que “los problemas geopolíticos tienen un gran impacto en la industria automotriz” y que la compañía está replanteando su estrategia de expansión en América para proceder con mayor cautela.
Aunque BYD contempló tres posibles ubicaciones en México –probablemente en Jalisco, cerca de Guadalajara– nunca se concretó un acuerdo formal, según confirmó la presidenta Claudia Sheinbaum.
Entre los factores determinantes se encuentran los aranceles del 25 % que Trump amenazaba aplicar a los autos importados desde México, así como medidas aún más severas para vehículos eléctricos de origen chino. Estas condiciones afectan tanto a BYD como a otras marcas, como Tesla y General Motors, que han replanteado sus proyectos en suelo mexicano.
Aunado a ello, el Ministerio de Comercio de China retrasó la aprobación del proyecto por miedo a que la tecnología de BYD se filtrara hacia Estados Unidos a través de México.
Por ahora, BYD sigue interesada en expandirse en América Latina. La firma ya está construyendo su primera planta fuera de Asia, ubicada en Bahía (Brasil), y evaluará volver a considerar a México cuando las condiciones globales sean más estables.
Con esta decisión, México pierde la oportunidad de generar cerca de 10 000 empleos directos y producir hasta 150 000 vehículos anuales que estaban planeados para esta planta. No obstante, si la presión arancelaria se disipa tras las próximas elecciones en Estados Unidos, BYD podría reevaluar la inversión.
En resumen, la influencia de los aranceles y la dinámica geopolítica impulsada por Trump han llevado a BYD a archivar temporalmente su proyecto de expansión industrial en México. La atención se centrará en cómo los cambios de política en Washington y Pekín determinarán el futuro de esta oportunidad de inversión.










