Editorial… Sobre el dilema político de Enrique Galindo: ¿estrategia o incoherencia?

El escenario político potosino atraviesa momentos que merecen una reflexión seria por parte de la ciudadanía. En particular, las recientes señales emitidas por el alcalde de San Luis Potosí, Enrique Galindo Ceballos, han generado inquietud en distintos sectores. Su aparente disposición a considerar diversas plataformas partidistas con miras al proceso electoral de 2027 abre interrogantes legítimos sobre el rumbo de su proyecto político y los principios que lo sustentan.

Galindo Ceballos, quien accedió al cargo con el respaldo del PAN-PRI, ha mostrado interés en otras fuerzas políticas, más recientemente, Morena. Este tránsito entre opciones ideológicamente dispares plantea un debate necesario sobre la consistencia y la profundidad de los compromisos partidistas en la política local. ¿Estamos ante un ejercicio legítimo de pragmatismo electoral, o frente a una lógica de conveniencia que debilita la confianza ciudadana en las instituciones?

El “chapulineo” de actores políticos entre partidos no es nuevo, pero cuando ocurre con tanta frecuencia y sin explicaciones claras, tiende a desdibujar las diferencias entre proyectos, erosionando el sentido de representación ideológica que los ciudadanos esperan. En este contexto, la figura de Enrique Galindo se vuelve representativa de un fenómeno más amplio: el debilitamiento de la identidad partidaria como eje del servicio público.

Su gestión como alcalde concluye en 2027, y la Constitución no le permite reelegirse de forma inmediata. Esto lo coloca en una encrucijada comprensible: cómo mantener presencia en la esfera pública sin un cargo de elección. Sin embargo, la forma en que se afronta esa transición es significativa. Una búsqueda abierta de candidaturas, sin claridad programática ni justificación ideológica, puede interpretarse como una señal de ansiedad política más que de visión de largo plazo.

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Más allá de la persona, lo que está en juego es la salud del sistema democrático. Cuando los partidos políticos aceptan sin reservas perfiles que han transitado entre proyectos opuestos, transmiten un mensaje contradictorio a la ciudadanía. La incorporación de figuras públicas debe sustentarse en coincidencias programáticas y no solo en el cálculo electoral. De lo contrario, se corre el riesgo de profundizar el desencanto y el escepticismo social frente a la política.

San Luis Potosí requiere liderazgos con visión, consistencia y compromiso con causas que trasciendan los tiempos electorales. El reto no es sólo para Enrique Galindo Ceballos, sino también para los partidos que lo acogen o rechazan, y para los votantes que observan y evalúan. En este momento de definiciones, lo que más se necesita es transparencia, coherencia y respeto por la inteligencia de un electorado cada vez más exigente.

editorial@revistapuntodevista.com.mx

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