Estados Unidos otorgó a México un nuevo plazo de 90 días para que mantenga vigentes los aranceles comerciales tal como están, una medida que busca evitar impactos inmediatos en el intercambio entre ambos países. Sin embargo, este aplazamiento podría no ser el final del proceso, ya que especialistas anticipan la posible inclusión de nuevas solicitudes y condiciones adicionales por parte del gobierno estadounidense.
La negociación se da en un contexto tenso, donde Estados Unidos ha mostrado su intención de mantener una postura firme para presionar a México en temas clave, principalmente relacionados con la seguridad en la frontera, el combate al narcotráfico y el control migratorio. El representante comercial de Estados Unidos había publicado en marzo una lista de barreras no arancelarias que México debía eliminar, y ahora se prevé que pueda haber una lista adicional de exigencias.
Este nuevo plazo busca dar tiempo a ambas naciones para avanzar en un acuerdo que permita evitar la imposición de aranceles más altos, que afectarían a varios sectores de la economía mexicana, aunque gran parte de las exportaciones están protegidas bajo el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). La postura oficial mexicana se ha mostrado abierta al diálogo, buscando llegar a un acuerdo con mejores condiciones y evitar un aumento abrupto en los tributos.
El contexto es delicado debido a que Estados Unidos, bajo la administración de Donald Trump, ha adoptado un enfoque comercial más agresivo, utilizando los aranceles como una herramienta para presionar en negociaciones multilaterales y bilaterales. México enfrenta así el reto de equilibrar su relación comercial y diplomática con su vecino del norte, buscando proteger su economía mientras atiende reclamos en áreas como seguridad y migración.
La extensión del plazo y la posible ampliación de peticiones reflejan la complejidad y la delicadeza de las relaciones entre México y Estados Unidos en este periodo, donde la cooperación y la negociación serán clave para evitar conflictos comerciales y mantener la estabilidad regional. Las negociaciones continuarán en los próximos meses con el objetivo de alcanzar acuerdos que beneficien a ambas naciones y eviten la escalada de medidas que puedan afectar la integración económica en Norteamérica.
