En las últimas 24 horas, la Franja de Gaza ha vivido una de sus jornadas más trágicas en el contexto del conflicto actual, con 123 palestinos fallecidos debido a intensos bombardeos israelíes y la severa crisis de hambre que afecta a la población. El ejército israelí ha intensificado sus ataques, especialmente en la Ciudad de Gaza, con bombas que han destruido viviendas en barrios densamente poblados y han provocado un alto número de víctimas civiles.
La ofensiva israelí se produce en paralelo a un bloqueo estricto de la franja, que limita el acceso de alimentos, medicinas y agua potable, lo que ha agravado la situación humanitaria. Además, el hambre y la desnutrición han causado la muerte de al menos ocho personas, incluidos niños, en el último día, según datos del Ministerio de Salud de Gaza.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha defendido esta ofensiva, argumentando que es necesaria para derrotar a Hamás, el grupo militante que controla Gaza y que ha lanzado ataques contra Israel. Sin embargo, esta estrategia ha provocado condenas internacionales y protestas masivas en distintos países, preocupados por el creciente sufrimiento de la población civil palestina.
Las conversaciones mediadas por Egipto para un posible alto el fuego continúan, aunque el grupo Hamás ha reiterado que no dejará las armas mientras persista la ocupación y el bloqueo. La guerra ha causado más de 41,000 muertes palestinas desde su inicio, y ha desplazado a más de un millón de personas dentro del enclave.
La situación es crítica, con hospitales saturados y escasez severa de suministros básicos, mientras las fuerzas israelíes se preparan para una eventual toma total de la Ciudad de Gaza. La comunidad internacional llama a que se permita el ingreso sin restricciones de ayuda humanitaria para aliviar el sufrimiento de la población y se busquen soluciones pacíficas que terminen con la violencia prolongada que ha devastado la región.
Este dramático panorama refleja un conflicto complejo y prolongado cuyas víctimas principales son los civiles palestinos atrapados en el fuego cruzado y sometidos a condiciones extremas de hambre y destrucción. La atención mundial sigue puesta en esta crisis humanitaria que demanda urgencia y compromiso para evitar más pérdidas humanas y restaurar la paz en la región.
