El organismo Alimentación para el Bienestar, que sustituyó a Segalmex, fue señalado por asignar contratos por un monto total de 2 mil millones de pesos a una red de empresas que simulaban operaciones. Esta red funcionó como fachada, realizando movimientos ficticios y sin realizar trabajos o entregas reales a pesar de la asignación millonaria.
Esta situación refleja irregularidades en la administración de recursos públicos destinados a programas de alimentación y bienestar social, lo que genera preocupación por la falta de transparencia y fiscalización en el manejo de los fondos. Las empresas involucradas no cumplieron con los contratos, pero aun así recibieron pagos significativos, evidenciando una posible red de corrupción y simulación.
La investigación sobre estos contratos indica que no hubo un control adecuado ni mecanismos eficientes para verificar el cumplimiento real de los servicios o productos contratados. Esto abre la puerta a un uso indebido de recursos públicos en un sector fundamental para la atención de grupos vulnerables, lo que podría afectar el objetivo central de estos programas.
Las autoridades correspondientes deberán profundizar en las indagatorias para determinar responsabilidades y evitar que este tipo de prácticas se repita, garantizando que el presupuesto destinado a alimentación y bienestar llegue efectivamente a la población que más lo necesita. La transparencia y la rendición de cuentas son elementos clave para recuperar la confianza ciudadana y asegurar el buen uso de los recursos públicos.
Este nuevo caso se suma a otras denuncias y hallazgos de irregularidades en la gestión de organismos públicos recientes, subrayando la necesidad de fortalecer la supervisión y las auditorías en todos los niveles de gobierno para combatir la corrupción y la impunidad.
