
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) confirmó que no formará parte del debate sobre la reforma electoral impulsada por el partido en el poder. Durante su Tercera Reunión Plenaria, la dirigencia y legisladores del PRI expresaron su rechazo a la propuesta, argumentando que la reforma carece de pluralidad y busca debilitar las instituciones electorales, particularmente al Instituto Nacional Electoral (INE). Aseguraron que la iniciativa no surge de un consenso amplio ni incluye a los partidos de oposición ni a la sociedad civil, por lo que no consideran legítima su discusión.
El coordinador del grupo parlamentario del PRI, Rubén Moreira, señaló que la reforma pretende eliminar la representación proporcional y reducir el financiamiento público a los partidos políticos, acciones que a su juicio afectarían la democracia en México. Además, enfatizó que no están dispuestos a participar en un proceso que consideran una “farsa” y avisaron que defenderán la democracia y la institucionalidad electoral con firmeza, aunque eso signifique mantenerse al margen del proceso.
El rechazo del PRI se suma a las críticas de otros partidos de oposición que denuncian que la reforma electoral es una estrategia para concentrar el poder en el partido gobernante, debilitando el sistema federal y la autonomía de las instancias electorales. En contraste, el partido en el poder asegura que la reforma busca mayor austeridad, transparencia y representatividad, pero la falta de diálogo y consenso ha marcado el proceso, generando un ambiente de confrontación política que podría afectar la estabilidad democrática del país.










