En la sesión de la Comisión Permanente del Senado, ocurrió un altercado serio entre Alejandro “Alito” Moreno, dirigente del PRI, y Gerardo Fernández Noroña, presidente del Senado. El conflicto comenzó cuando Moreno reclamó a Noroña por no otorgarle la palabra durante la sesión, hecho que consideró un incumplimiento a un acuerdo previamente establecido entre coordinadores parlamentarios.
Al término de la ceremonia del Himno Nacional, Moreno se acercó a Noroña para exigirle que respetara el acuerdo y le permitiera intervenir, lo que desató una discusión verbal que rápidamente escaló a un enfrentamiento físico. Moreno jaloneó y empujó a Noroña, quien trataba de ponerse a salvo. En medio del forcejeo, Moreno lanzó un golpe que hizo tambalear a Noroña, y también un camarógrafo que estaba presente fue empujado accidentalmente.
Moreno justificó su acción argumentando que la agresión se derivó porque Noroña no cumplió el acuerdo, además de acusarlo de haber faltado al respeto a una legisladora y a las mujeres presentes en la sesión. Por su parte, Noroña denunció que fue agredido en grupo por políticos priistas y anunció que interpondrá una denuncia penal, incluso solicitando el desafuero de Moreno y de los demás involucrados en la violencia.
El incidente refleja la tensión política existente en el Senado, donde la disputa por el cumplimiento de acuerdos internos y la forma en que se conducen las sesiones se está volviendo cada vez más conflictiva, llegando incluso a la violencia física entre legisladores. Tanto Moreno como Norona han mantenido posturas firmes, responsabilizándose mutuamente por el altercado, mientras el ambiente político nacional observa con preocupación estos hechos que afectan el trabajo legislativo.
