
Minuto de silencio… y diez de gritos
Dicen que dicen que la Cámara de Diputados volvió a demostrar su talento para el espectáculo: bastó pedir un minuto de silencio por el conflicto entre Israel y Palestina para que estallara una guerra… pero de manotazos. La morenista María Magdalena Rosales pidió recordar a las víctimas palestinas, mientras Margarita Zavala exigió hacerlo por las israelíes. Resultado: las bancadas se lanzaron al frente como si estuvieran disputando la portería en una final mundialista. Entre gritos, mentadas de madre, empujones y consignas de “¡Palestina libre!”, la presidenta Kenia López intentaba imponer orden, mientras las diputadas del PAN, Morena y el PT subían a tribuna a reclamar su propio minuto de silencio, como si se tratara de turno en una fila de supermercado. Qué escena tan pedagógica: legisladoras exigiendo paz a gritos. Al final, hubo minutos por separado, discursos cruzados y un Parlamento convertido en ring simbólico. Así es la política nacional: ni para guardar silencio logran ponerse de acuerdo…
La justicia según el guion
Dicen que dicen que mientras la presidenta Sheinbaum soltaba la frase “quien traiciona al pueblo enfrenta la justicia” en el Zócalo, el coro de los López Beltrán, Adán Augusto, los Yunes, Ovalle, Fernández Noroña y Monreal se reían a carcajadas tras el escenario celebrando la ocurrencia con la risotada que solo sale cuando se conoce el guion completo. Y no es coincidencia que los mismos que escribieron los manuales de transa ahora ríen como si el chiste fuera de otro, mientras el pueblo mira el drama con la misma fe que una telenovela de las 6. La justicia que anuncia el discurso debe de ser esa que siempre llega, pero solo en los informes de gobierno, nunca en los tribunales. Una tragedia con risa enlatada…
Corporativismo con amor
Dicen que dicen que la presidenta Claudia Sheinbaum jura y perjura que en su gobierno no hay corporativismo justo después de llenar el Zócalo con más autobuses que una central camionera en hora pico. Según la presidenta, los miles de simpatizantes que llegaron desde todos los rincones del país —con lonche, bandera y acarreo incluido— lo hicieron “por voluntad propia”. Claro, porque nada dice “participación individual” como un contingente del sindicato petrolero marchando al unísono bajo una lona que dice “Morena. Amor con amor se paga”. Se dice que el nuevo corporativismo ya no se llama así: ahora es “movilización ciudadana organizada”, una especie de excursión patriótica donde los aplausos se entregan en grupo y la convicción se mide por camión. Lo único que cambió fue el logotipo del partido y la justificación: en lugar de admitir el acarreo, ahora se romantiza. Y mientras la mandataria asegura que “nosotros no somos como el PRI”, el Zócalo responde con eco: “no, son su versión con wifi”…
Cena con golpes bajos
Dicen que dicen que el restaurante Velaria en Masaryk se convirtió en el anexo no oficial del Senado la noche del miércoles, con un espectáculo que ni el teatro de revista más exagerado se atrevería a montar. Mientras los Yunes y su prole actuaban como si el mesero les debiera favores políticos, un valiente —o temerario— abogado les soltó un “¡traidor!” que desató más golpes bajos que una sesión legislativa. Qué bonita escena: la familia que reza unida pero que pelea en restaurantes y luego se esconde cobardemente tras sus guaruras pagados con nuestros impuestos. La verdadera lección cívica es que algunos políticos solo saben dos modos de diálogo: la patada trapera o el insulto altanero. Y lo peor es que probablemente pagaron la cena con la American Express BlackCard con cargo al erario…
El zar de los memes y su derrota viral
Dicen que dicen que el diputado Armando Corona, el mismo que soñaba con convertir los memes en delito grave, terminó aprendiendo por las malas que en México no se legisla contra el humor. Bastó una jornada de sarcasmo digital para que el autoproclamado defensor de la dignidad política reculara más rápido que burócrata al ver una auditoría. Quiso castigar la burla y acabó protagonizando la más grande. Las redes lo pusieron en su lugar: no hay fuero que resista un buen hashtag. Una ironía deliciosa — el legislador que quiso encarcelar a los chistosos terminó siendo el chiste del día —. Y así, una vez más, gana la libertad de expresión: los memes siguen libres, y los diputados siguen dando material de sobra…
Justicia con chaqueta guinda
Dicen que dicen que el juez Edgar Meza decidió que la imparcialidad ya pasó de moda y que la toga luce mejor combinada con una playera guinda de Morena. En un arranque de entusiasmo cívico —o de oportunismo con ritmo de batucada— se plantó en el Zócalo para corear “¡Presidenta, presidenta!” como si la independencia judicial fuera un accesorio prescindible. Qué bonito ejemplo del llamado “Juez del Bienestar”: un título inexistente, pero con mucho marketing. Mientras su tribunal lidia con casos de despido por embarazo, él protagoniza su propio despido de la decencia profesional. Se dice y se sabe que la justicia debería de ser ciega, pero en este sexenio parece que también distingue colores. Y el guinda, por lo visto, le combina con todo…
Salud universal pero sin presupuesto
Dicen que dicen que a algún iluminado de la Cuarta Transformación se le ocurrió la genialidad de que todos paguemos IMSS o ISSSTE, para que quienes no cotizan también puedan disfrutar —es un decir— del mismo vía crucis médico. Todo esto, claro, sin aumentar el presupuesto ni un peso, porque la magia de la “salud universal” consiste en multiplicar pacientes sin multiplicar recursos. Qué genial propuesta: transformar el sistema en una gran tómbola donde el premio es una cita en seis meses, si te va bien. En México la justicia social consiste en que todos tengamos el mismo derecho a esperar, a rogar por medicamentos y a conocer de memoria el olor a pasillo del hospital. Porque nada más igualitario que repartir la carencia por partes iguales. En la nueva lotería de la salud mexicana, ya no hay ganadores: solo pacientes, pacientes de verdad…
Transparencia en cuarentena
Dicen que dicen que la Fiscalía de la CDMX acaba de reinventar la justicia preventiva: decidió guardar las pruebas del estallido por tres años “para proteger a las víctimas”. Qué acto de compasión burocrática: esconder la verdad en una bóveda, no sea que se lastime con la luz del sol. Según esa lógica, pronto “protegerán” a los enfermos cerrando hospitales y a los contribuyentes ocultando el presupuesto. Las grabaciones del C5 y los expedientes se vuelven secretos de Estado, más custodiados que los propios ciudadanos que sobrevivieron al siniestro. Una hazaña digna de estudio: la verdad convertida en material inflamable, bajo resguardo de quienes deberían ventilarla. Y así, entre archivos congelados y silencios forzados, la transparencia se volvió gaseosa igual que la explosión que intentan olvidar…
Dinero en vuelo internacional
Dicen que dicen que Jorge Amílcar Olán, el operador estrella de Andy López Beltrán, demostró que la 4T también sabe hacer milagros financieros: transformar pesos en francos suizos con velocidad de transferencia exprés. Resulta que se detectó un movimiento de mil millones de pesos hacia cuentas en Suiza, país famoso por sus relojes y por su discreción bancaria. Qué coincidencia que justo allá se encuentre “resguardado” el personaje, cuidando su patrimonio con más celo que la Secretaría de la Función Pública cuida sus expedientes. Se dice que no hay nada ilegal en querer descansar en los Alpes, pero hacerlo con dinero público suena menos a turismo y más a fuga con vista panorámica. La austeridad republicana viajó a Suiza en primera clase y, al parecer, solo de ida…










