Doña Carmen: ¡La Comisión del ‘Zoomazo’!

Por Doña Carmen, mientras lava los trastes después de la comida.

¿Ya se enteró usted del último numerito en el Congreso del Estado?: que en la reunión de la Comisión de Seguridad Pública, nomás un diputado se presentó en cuerpo y alma, y el resto se conectó por el famoso Zun, como le dice mi comadre Chonita. Y eso que el reglamento dice que eso solo en casos “extraordinarios”. ¡Hágame usted el refabrón cavor!

El único que llegó fue el diputado Cuauhtli Badillo, presidente de la comisión. Ahí lo dejaron solito, como quien organiza la fiesta y los invitados mandan mensaje diciendo que “sí vienen”, pero desde su casa y en pantuflas. El pobre tuvo que conducir la sesión y hasta leer los puntos, porque sus compañeros andaban cada quien en su mundo: que uno desde la carretera, otro desde una oficina del partido, una más desde la calle, y otra desde otro edificio del Congreso, como si estuvieran jugando a las escondidas.

Yo digo, ¿qué necesidad de andarse conectando desde quién sabe dónde, si están cobrando por un trabajo que se hace ahí, sentaditos en la curul que les corresponde? ¿A poco así se imaginan la seguridad pública?, ¿cada quien desde donde pueda, mientras atiende sus otros asuntitos? Ay, no. Si así limpiara yo la casa, ya estaría viviendo entre telarañas porque “no tuve tiempo de venir en persona” y me conecté nomás para barrer por Zoom.

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Y luego todavía dicen que es por “compromisos”, que porque se les empalman reuniones. ¿Pos quién empalma las reuniones? ¡Ellos mismos! Si el reglamento es clarito: que no se deben traslapar horarios, que las sesiones remotas son para casos especiales, que mantengan el video prendido pero no, ahí los ve una: cada quien en su pantalla, como si fueran telenovela de bajo presupuesto.

Y luego se preguntan por qué la gente desconfía. Ay, señores diputados, señoras diputadas, la seguridad no se atiende entre semáforos, banquetas y escritorios ajenos. La seguridad se trabaja con seriedad, de frente y sin andar sacándole la vuelta a la responsabilidad. Porque si ustedes no se coordinan entre sí, ¿qué coordinación vamos a esperar en temas que realmente nos afectan?

Sigo pensando desde mi ignorancia que la democracia se parece mucho a una olla de caldo de res borbollando: si le quitas el fuego o la dejas sola, se ahúma, se quema o se desborda. Y luego, ¿quién limpia el tiradero? Pues el pueblo… como siempre.

Con el trapo de cocina en la mano y la paciencia por los suelos,
Doña Carmen
Ciudadana que cree que si el trabajo es importante, se hace con la frente en alto, no escondido detrás de una pantallita.

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