En su exposición de motivos, la legisladora detalla la importancia de incorporar este estudio en los niños al nacer, ya que la vista es el sentido que más tarda en madurar, pero también el principal proveedor de información del cerebro durante el primer lustro de vida.
Explicó que durante los primeros años del menor, es importante tener la certeza del estado en que se encuentran las diferentes estructuras de los ojos. El primero de estos exámenes es la exploración externa, que se hace después del nacimiento, para comprobar que sus cejas y párpados estén completos y que no tengan cataratas o alguna otra alteración congénita visible en la parte frontal del ojo.
Posteriormente viene el primer estudio de los ojos, el denominado tamiz oftalmológico, que es el estudio que completa la primera revisión ocular, pues a diferencia del anterior examen, este revisa la parte posterior de los ojos del pequeño, llevándose a cabo las cuatro semanas de su nacimiento.
La legisladora Morquecho Pazzi manifestó que para la realización de este estudio, el oftalmólogo emplea un instrumento llamado oftalmoscopio, el cual, a través de una serie de lentes y una lamparita, detecta las alteraciones que, por ocurrir en las estructuras oculares posteriores del ojo (nervio óptico y retina), no son aparentes a simple vista, pero pueden producir baja visión o ceguera.
“Aun cuando en el menor no se detecte ningún problema, es importante que el pediatra incluya este tipo de revisiones, además de las consultas periódicas y algunas otras pruebas, que confirmen que el menor es capaz de mirar con los dos ojos un objeto al mismo tiempo y seguirlo con la visión para la prevención de cualquier problema visual”.
La iniciativa fue turnada para su análisis a la Comisión de Salud y Asistencia Social.