San Luis Potosí SLP.- Integrantes del Cabildo de San Luis Potosí hicieron un exhorto a la población potosina para que sea parte de “El Club Potosino de los Libros Perdidos”, mediante el cual se distribuyeron más de 200 ejemplares en distintos puntos de la ciudad, para que sean leídos y después compartidos por la misma ciudadanía.
El regidor Alejandro Fernández Hernández, secretario de la Comisión de Educación Pública y Bibliotecas, invitó a las potosinas y potosinos a leer estos interesantes libros que se dejan como olvidados en espacios públicos, con cuya iniciativa también se busca coadyuvar con la reestructuración del tejido social de nuestra ciudad.
Fernández Hernández reconoció esta propuesta impulsada por la regidora Carmen Jazmín Acuña Briseño y añadió que “no será el último proyecto de esta índole que saquemos avante”.
Para la presidenta de la Comisión de Cultura, la regidora Alexandra Daniela Cid González, es necesario reconocer este tipo de iniciativas, ya que a través de la lectura no solo se expande el lenguaje, “sino que permite la expansión del pensamiento crítico y creativo, pero además implica conectar con nuestra parte más humana, a través de distintas creaciones literarias para identificarnos y reconocernos con el otro y los personajes que recrea en sus obras y esto nos permite ser mejores seres humanos y convivir de manera solidaria”.
Por su parte, la regidora Tania González Pardo consideró un reto implementar en San Luis Potosí este modelo mundial “debido a cuestiones culturales, sin embargo, estoy segura que es una excelente oportunidad para fomentar el hábito de la lectura entre las potosinas y potosinos, además de dar un voto de confianza a toda la gente que se encuentre un libro, para que no solo lo disfrute, sino después lo comparta, dejándolo en otro espacio público para que otra persona lo lea y así, sucesivamente”.
Finalmente, la regidora María de los Ángeles Hermosillo Casas calificó como una estrategia muy novedosa la puesta en marcha de “El Club Potosino de los Libros Perdidos”, para impulsar la lectura al “sembrar” un libro en un espacio de uso comunitario en espera de que alguien lo lea para posteriormente lo traslade a otro lugar, “es una iniciativa también que implica buena fe, esperanza, unión y solidaridad, por lo que confío en que será una gran herramienta para la sociedad, lo que también generará una libertad de conocimiento”.