A pesar de las preocupaciones de la ciudadanía, Galindo parece más interesado en desviar la atención que en enfrentar los problemas reales de seguridad. Desde su llegada al cargo, el alcalde ha solapado la cuestionable gestión de su director de Seguridad Pública, Juan Antonio Villa. Este funcionario se ha destacado más por enfocar a la policía en operativos para cazar automovilistas en estado de ebriedad, en lo que muchos consideran una estrategia con fines recaudatorios, que por fortalecer la seguridad y tranquilidad de la ciudadanía.
El clima de inseguridad en la capital potosina no solo se refleja en las cifras, sino también en la percepción de los habitantes que, con justa razón, demandan acciones concretas para frenar la ola delictiva que los acecha. Mientras tanto, la falta de resultados y las evasivas del alcalde Galindo continúan deteriorando su credibilidad ante la población.