Alberto Hernández dijo: “yo nací aquí, el barrio, la ciudad y el Estado estaban abandonados, no entiendo por qué alguien se tiene que oponer a esta obra, apoyo al 100 por ciento el proyecto, porque todos somos beneficiados. El templo va a estar ahí, no le va a pasar nada, igual el kiosco, y al contrario se les dará una bonita iluminación”.
Por su parte, Inés Cruz, con más de 45 años habitando el barrio, y José Armenta con más 62, comentaron que el proyecto será de beneficio, con más seguridad para automovilistas y peatones, ya que el adoquín es de gran riesgo porque las y los adultos mayores pueden sufrir caídas. “No conozco a las personas que protestan, porque son de otros lugares, ni siquiera son de aquí, nosotros estamos de acuerdo y apoyamos”, comentó el señor José.
Gregoria Martínez dijo que, no se le hace justo, que haya gente protestando y oponiéndose, “con el adoquín no puede uno andar tranquilo porque o ya se torció o ya se cayó una persona, sobre todo las de la tercera edad”. Puntualizó que, por lo menos tres veces, se ha caído en los adoquines y hace poco era atropellada, ya que un automovilista quería esquivar un hoyo. “El tiempo que tengo de vida no había visto algo igual y ahora que se puede hacer, imagínese, estamos muy de acuerdo, conformes y agradecidas, nadie había hecho nada. Que siga adelante el proyecto de mejora”.
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